Sábado, 13 de marzo de 2004, 13:00 h S. I. Catedral
Misa funeral en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid, presidida por el arzobispo D. Braulio Rodríguez Plaza.
Jueves, 16 de septiembre de 2004, 20:30 h S. I. Catedral
Misa por el cardenal D. Marcelo González Martín, presidida por el arzobispo D. Braulio Rodríguez Plaza.
D. Marcelo González Martín nació en Villanubla, provincia de Valladolid, el 16 de enero de 1918, y desde su ordenación en 1941 realizó su ministerio sacerdotal en nuestra diócesis, a la que sirvió como profesor del seminario, Canónigo, Consiliario de Acción Católica, entre otras funciones, y prestó un importante servicio social, gracias a su labor de predicación, que él mismo destacaba, con la que logró la coordinación de las obras de Caridad y la construcción del Barrio de San Pedro Regalado. Fue designado obispo de Astorga en 1961, arzobispo de Barcelona en 1966, y arzobispo de Toledo y Primado de España en 1972, donde permaneció hasta su jubilación en 1995; Pablo VI lo designó Cardenal en 1973. En su ministerio episcopal en Toledo ha destacado, entre otros, la renovación en las líneas de formación del seminario, que produjo importantes frutos en cuanto a vocaciones (ordenó a casi 400 sacerdotes) y el Sínodo Diocesano. Ha recibido numerosos premios y distinciones, nunca ha perdido su vinculación con la diócesis de Valladolid, en la que dejó una huella imborrable, y no faltaba a su cita anual con la Semana del Corazón de Jesús del Centro Diocesano de Espiritualidad. El 26 de agosto de 2005 ha fallecido en Fuentes de Nava (Palencia).
Nuestro arzobispo, D. Braulio, ha manifestado su dolor por esta pérdida, ya que le unía una profunda amistad y cercanía con D. Marcelo. Cuando era sacerdote de la diócesis de Madrid, la primera parroquia de D. Braulio estaba muy cerca de Toledo, lo que le permitía mantener contacto con D. Marcelo, y como obispos, ambos compartieron trabajos de la Comisión Episcopal de Liturgia. Para D. Braulio, D. Marcelo es un hombre decisivo en la historia reciente de la Iglesia en España, por su impulso a la aplicación del Concilio Vaticano II, siempre desde una fidelidad absoluta al Evangelio. D. Braulio destaca de él su fuerza espiritual, su fecunda labor al frente del ministerio episcopal y su profunda cultura y gran talla como intelectual. Desde la pena, pide a Dios que lo acoja en su seno.
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