El acto consiste en una Eucaristía presidida por el Consiliario Diocesano y concelebrada por los Consiliarios del Movimiento, habitualmente seguida de una convivencia con ágape en los salones parroquiales. Están invitados todos los miembros de Vida Ascendente y personas mayores y fieles en general. Vida Ascendente pretende enseñar el arte de envejecer, el arte de seguir siendo útiles y el arte de servir.