Este ejercicio está abierto de una forma especial a todos los fieles de la diócesis; es un momento de oración comunitaria en el que se quiere agradecer a Dios los favores recibidos durante el año vivido, reconociendo nuestros fallos y la misecordia divina; ofrecer al Señor nuestra alma renovada del principio del año; y acoger el nuevo año invocando especialmente a María, Madre de Dios, y pidiendo por la conversión y necesidades de la humanidad, especialmente la paz.
Se ha elegido el horario a fin de que no haya problemas con los medios de transporte al regreso, y para que los amos y amas de casa puedan preparar la cena de fin de año.
El Ejercicio incluye Santa Misa, Exposición, Oración personal, canto del Te Deum solemne, Bendición y Reserva del Santísimo, y hay separatas.