El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo (Mt 16, 21-27)
Dios quiere que todos los hombres se salven, pero la salvación no es acogida por todos, hay que negarse a sí mismo, hay que seguir a Jesús a la cruz, “completar en nuestra carne lo que falta a su Pasión” para gozar de la resurrección. No basta con huir del infierno y querer reencontrarse con los seres queridos que murieron. Quienes no cuentan con deseos más elevados sufrirán un terrible desengaño al ver el Cielo porque el cielo es Cristo y todo en Él. Y esta ha de ser nuestra más alta aspiración para no quedar defraudados, quien no le goza ya en esta tierra en la Santa Misa no querrá entrar en el eterno convite del cielo, pues el cielo es una misa ininterrumpida gozando de Cristo en un cara a cara.
Fdo: Llama viva. Adoradores del Santuario.