El pasado 25 de marzo, el Papa confiaba a la Virgen de Loreto la Exhortación Apostólica Post-sinodal a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios “Vive Cristo”. Esta mañana está siendo presentada en la Santa Sede y culmina así un viaje que comenzó en enero 2017.
Hace ya más de dos años se publicaba el Documento Preparatorio del Sínodo y en una Carta a los jóvenes el Papa les invitaba a lanzarse hacia un futuro desconocido y les decía: «Un mundo mejor se construye gracias también a ti, a tu deseo de cambio y a tu generosidad. No tengáis miedo de escuchar al Espíritu sugiriendo opciones audaces, no os demoréis cuando vuestra conciencia os pida que os arriesguéis a seguir al Maestro. La Iglesia también desea escuchar tu voz, tu sensibilidad, tu fe; incluso tus dudas y críticas. Que se oiga tu grito, que resuene en las comunidades y que llegue a los pastores».
Un viaje que hizo paradas en el Seminario Internacional sobre la condición de la juventud en el mundo, organizado en Roma; en el Encuentro pre-sinodal -con 300 jóvenes presentes en Roma, y 15.000 a través de las redes sociales, donde los jóvenes expresaron que «estamos seguros de que la Iglesia seguirá escuchando las voces de los jóvenes. Y es esto, en efecto, lo que los jóvenes esperan: una Iglesia que sea testigo vivo de lo que enseña, que no los considere demasiado pequeños para ser protagonistas del mundo contemporáneo; una Iglesia inclusiva, acogedora, misericordiosa y tierna, que sepa también admitir sus errores y que tenga “la humildad de pedir perdón”»; en el Instrumentum laboris del Sínodo que recogía las más de cien mil respuestas de los jóvenes a un cuestionario online y que señalaba siete palabras clave: escucha, acompañamiento, conversión, discernimiento, desafíos, vocación y santidad; en la celebración del Sínodo sobre los “Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, en el Vaticano y con muchos jóvenes en el Aula y cuyas reflexiones, testimonios, y llamadas se encuentran en el Documento Final del Sínodo; y en la JMJ de Panamá, donde el Papa invitó a los jóvenes a ser protagonistas en la Iglesia y en el mundo, a ser testigos del Evangelio: «Queremos encontrar y despertar junto con vosotros la continua novedad y juventud de la Iglesia, abriéndonos siempre a esta gracia del Espíritu Santo que tantas veces hace un nuevo Pentecostés».
CHRISTUS VIVIT
1. VIVE CRISTO, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!
2. Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza.
3. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una carta que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta a crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación. Pero puesto que es un hito dentro de un camino sinodal, me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos.
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Con estos tres puntos comienza una Exhortación que el Papa ha dividido en nueve capítulos y que consta de 299 puntos.
Tras los puntos iniciales, el Papa dedica el Capítulo Primero a ¿Qué dice la Palabra de Dios sobre los Jóvenes? en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
El Capítulo Segundo, títulado Jesucristo siempre joven, nos adentra en la Juventud de Jesús y nos muestra cómo Su juventud nos ilumina. Continúa hablando de La juventud de la Iglesia, que es posible cuando estamos ante Una Iglesia que se deja renovar y ante Una Iglesia atenta a los signos de los tiempos. Concluye este capítulo acercándonos a María, la muchacha de Nazaret y una pequeña selección de Jóvenes Santos.
El Capítulo Tercero lleva por título Ustedes son el ahora de Dios y arranca con un apartado titulado En positivo pues afirma el Papa: «Hoy los adultos corremos el riesgo de hacer un listado de calamidades, de defectos de la juventud actual. Algunos podrán aplaudirnos porque parecemos expertos en encontrar puntos negativos y peligros. ¿Pero cuál sería el resultado de esa actitud? Más y más distancia, menos cercanía, menos ayuda mutua». Habla de la existencia de Muchas juventudes y de Algunas cosas que les pasan a los jóvenes -jóvenes de un mundo en crisis, jóvenes con deseos, heridas y búsquedas- de El ambiente digital, de Los migrantes como paradigma de nuestro tiempo, y de la necesidad de Poner fin a todo tipo de Abusos. El Papa acaba el capítulo, dirigiéndose ya al lector en primera persona, en un diálogo de tú a tú… animando la esperanza y afirmando que Hay salida.
El Capítulo Cuarto lleva por título El gran anuncio para todos los jóvenes. El Papa, continua dirigiéndose al lector, al joven en primera persona y recuerda verdades que necesitamos escuchar siempre: Un Dios que es Amor, Cristo te salva, ¡Él vive! y El Espíritu da vida.
Llegamos al Capítulo Quinto titulado Caminos de juventud y el Papa se pregunta «¿Cómo se vive la juventud cuando nos dejamos iluminar y transformar por el gran anuncio del Evangelio? Es importante hacerse esta pregunta, porque la juventud, más que un orgullo, es un regalo de Dios». Aborda la respuesta hablando de la juventud como Tiempo de sueños y de elecciones, donde están presentes Las ganas de vivir y de experimentar. Propone a cada joven caminar En amistad con Cristo que acompaña El crecimiento y la maduración de cada persona y lo lleva por Sendas de fraternidad. Todo ello para llegar a ser Jóvenes comprometidos y Misioneros valientes.
Jóvenes con raíces es el título del Capítulo Sexto. El Papa alerta a cada joven con un elocuente Que no te arranquen de la tierra pues «es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra». Para ello le propone cuidar Tu relación con los ancianos, y contar su sabiduría para poder interpretar los Sueños y visiones que cada uno tiene. En definitiva caminar juntos, Arriesgar juntos.
El Capítulo Séptimo se dedica a La Pastoral de los Jóvenes. Se propone Una pastoral sinodal que tenga como Grandes líneas de acción la búsqueda y el crecimiento. Cuidando los Ambientes adecuados para crear hogar, familia y amistad. Una pastoral que cuide los Distintos ámbitos para desarrollos pastorales y que sea Una pastoral popular juvenil donde podamos sentirnos Siempre misioneros. Hace también el Papa una reflexión sobre El Acompañamiento de los Adultos.
El Capítulo Octavo se dedica a La Vocación. En Su llamado a la amistad Con Él, el Papa afirma que «lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad». Descubrir que se nos pide y encontrar el Tu ser para los demás, una vocación misionera que puede desarrollarse en El Amor y la familia, El trabajo o en Vocaciones a una consagración especial.
Por último, el Capítulo Noveno se centra en El Discernimiento, y el Papa aporta claves para ayudar a Cómo discernir tu vocación y saber discernir El llamado del Amigo. Procesos vitales en los que es hay que cuidar especialmente la Escucha y acompañamiento.
El Papa Francisco, en el punto 299, finaliza la Exhortación con un deseo: «Queridos jóvenes, seré feliz viéndolos correr más rápido que los lentos y temerosos. Corran «atraídos por ese Rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del hermano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en esta carrera hacia adelante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe. ¡Nos hacen falta! Y cuando lleguen donde nosotros todavía no hemos llegado, tengan paciencia para esperarnos».
Txomin Pérez