Con ocasión del Adviento, en varias parroquias de la Archidiócesis de Valladolid se han organizado “vigilias de oración por la vida”. Nuestra Señora de San Lorenzo y Nuestra Señora de Prado habían acogido vigilias diocesanas en ese sentido; ahora, en el domingo “Gaudete”, ha sido parroquial. En San Lorenzo estuvo presidida por el obispo auxiliar, don Luis Argüello. En su homilía, reparó en la particularidad de esta Navidad diferente, “quizá con menos ropaje exterior”, que recuerda la sencillez de la Navidad primera. Animó a poner el belén en nuestras casas. Tras resaltar la importancia del Evangelio de la Vida, dijo: “Vayamos a lo esencial, para que, desde lo esencial, podamos decir a nuestros contemporáneos que es esencial para nuestro propio futuro como sociedad, cuidar la vida, promover la vida, acoger la vida en época de invierno demográfico; porque el mismo Dios quiso hacerse carne, nacer y habitar entre nosotros y experimentar el sufrimiento”. Evocando a san Juan de la Cruz ante el pesebre, exclamó: «¡En sus ojos nuestras lágrimas!». Hizo referencia al sufrimiento ante la enfermedad de las personas muy queridas cuando se cree inútil, porque, quizá, “no se está cerca de la Cruz Gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo”, el cual, “en su sufrimiento y resurrección ha vencido definitivamente a la muerte”. Con la petición propia del Adviento, «¡Maranatha!», exclamó: “Ven, Señor Jesús”. Manifestó:“Está cerca y, aunque experimentamos que la alegría no es plena, sabemos que la promesa del Señor se cumple y vendrá a nuestro encuentro pleno y definitivo en su Segunda Venida, y experimentaremos la alegría plena. Deseamos su venida para que resplandezca la verdad, la justicia y la paz”.
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En la monición de entrada, una mujer joven puntualizó: “Es tiempo de espera y de preparación para la venida del Señor, que ha entrado en comunión con cada uno de nosotros. Su amor nos impulsa a responder como María, acogiendo la vida con asombro, reconociendo la dignidad de cada persona, amada de modo infinito por Dios”. Rememoró las palabras del Papa: ” El primer derecho de una persona es su vida “. Por ello, “la atención a la vida humana en su totalidad se ha convertido en los últimos tiempos en verdadera prioridad del magisterio de la Iglesia (…). Cada niño no nacido, pero condenado injustamente a ser abortado, tiene el rostro del Señor, quien ya antes de nacer, y después apenas ya nacido experimentó el rechazo del mundo (…). La situación paradójica se ve en el hecho de que, mientras se atribuyen a las personas nuevos derechos, a veces aunque supuestos, no siempre se tutela la vida como valor primario y derecho primordial de cada hombre” ( Papa Francisco. 20 – IX – 2013). En las Preces, se imploró por los gobiernos y los legisladores, para que protejan eficazmente la vida desde su inicio hasta su fin natural; por los niños no nacidos y por los ancianos e impedidos, para que nadie cuestione LA DIGNIDAD Y VALOR DE SU VIDA, y cuenten con la solidaridad de toda la sociedad; por las mujeres que están sufriendo el trauma del aborto; “por los ancianos y enfermos, para que reciban el cariño, acompañamiento y cuidados que necesitan, y se respete su vida hasta su fin natural”. También se rezó por los enfermos de Covid y el fin de la pandemia.
Josefa Romo
*En la imagen, el sacerdote Jorge Fernández Bastardo preside la Vigilia de la iglesia de Nuestra Sra de Prado, en Parquesol.