Al inicio del año litúrgico, en este tiempo de Adviento, la Iglesia católica sitúa a la Virgen María en el centro de atención con la celebración, el 8 de diciembre, de la solemnidad de María en su misterio de la Inmaculada Concepción. La presenta como modelo de fe y esperanza para los cristianos en esta etapa de vigilia en la que preparamos el corazón para la venida del Señor.
La fiesta de la Virgen se celebró con gran fervor en toda la diócesis de Valladolid. Nuestro cardenal arzobispo, don Ricardo Blázquez, presidió junto a don Luis Argüello, su obispo auxiliar, la vigilia el martes, día 7, en la Catedral, con el precioso y extenso himno oriental Akáthistos, interpretado en esta ocasión por el coro de las Dominicas de Santa Rosa de Lima, acompañadas por la organista Pilar Cabrera, para finalizar con el ‘Te Deum’. En la misma santa iglesia, al mediodía del día de la solemnidad, nuestro prelado celebró la solemne Eucaristía de la Inmaculada. Por la tarde fue la capilla del Seminario Diocesano de Valladolid la que acogió la Misa de don Ricardo, acompañado también por don Luis, por la fiesta de la Santísima Virgen María, Inmaculada en su Concepción, patrona de los seminaristas.
Ataviados como él los sacerdotes que le acompañaron con la casulla azul celeste, privilegio concedido por Roma a la Iglesia española por su particular afecto hacia la ‘Sin pecado concebida’, don Ricardo recordó en sus homilías que “María es Virgen, esposa y madre” y que con ella “tenemos la esperanza de una vida nueva”. “Ella -afirmó- es la elegida eterna para ser la madre del hijo del Altísimo, que derramó su sangre por nuestra salvación”.
Nuestro arzobispo hizo alusión al precioso y extenso himno oriental Akáthistos, (salmo de doce estrofas y media hora de duración) y recordó que este himno de la liturgia oriental griega medita sobre el misterio de la Maternidad Divina. Es, recordó durante la vigilia del día 7, de una espiritualidad extraordinaria y bellísimo desde el punto de vista literario, y se canta y recita siempre de pie, como señal de veneración a la Madre de Dios. En su escucha, el alma mariana se enciende de admiración y de amor hacia la Virgen Inmaculada: “Salve, por ti resplandece la dicha; / Salve, por ti se eclipsa la pena. (…) Salve, tú llevas en ti al que todo sostiene. / Salve, regazo del Dios que se encarna. / Salve, por ti la creación se renueva; /Salve, por ti el Creador nace niño. / Salve, ¡Virgen y Esposa! (…)”.
En todas sus homilías don Ricardo recordó que “desde el momento de su concepción la Virgen estuvo ausente de pecado” y, con motivo de la conclusión el mismo día 8 de diciembre del Año de San José, hizo hincapié en el patriarca de la Sagrada Familia. “Es bueno -dijo- poner en comunicación las dos respuestas de María y José, porque ambos se pusieron a disposición de Dios, ambos se mostraron dispuestos a seguir los designios del Señor”.
Palacio Real
También el Palacio Real celebró el día 8 a la patrona de España, del Arma de Infantería, de los cuerpos Jurídico militar, Farmacéuticos y Capellanes castrenses, con un acto presidido por el general César García del Castillo, quien destacó que “la patrona nos sirve de estímulo y guía para el cumplimiento diario de nuestras obligaciones, que nos anima y protege ante las diferentes adversidades que nos da la vida”. Resaltó asimismo, que este año que en breve cerraremos ha sido un año especial, un año que nadie olvidará, año de esperanzas, de desengaños, de sentir el renacimiento de nuestra nación tras finalizar las diferentes olas de la pandemia que nos sacudían, y de orgullo por la respuesta y solidaridad de nuestros conciudadanos ante las dificultades encontradas.
Durante el acto, también se entregaron varias condecoraciones y distinciones a distinto personal civil y militar.
Como preparación a la fiesta, tanto la Catedral (organizada por la Prelatura del Opus Dei), como las cofradías de Las Angustias y de la Vera Cruzo, el Santuario de la Gran Promesa, la parroquia de la Inmaculada, así como otros muchos templos de la capital y la provincia, celebraron novenas en honor a la Purísima. A diferencia de otros años no tuvo lugar, sin embargo y por el momento, la tradicional celebración de la Virgen de la Vulnerata, en el Real Colegio de los Ingleses.