Quizás lo mejor del verano para los más pequeños sea ir de campamento, salir de casa, estar en contacto con la naturaleza, conocer gente, compartir, relajarse y hacer deporte. Pero no sólo para los más pequeños, los adultos también necesitamos desconectar unos días, entrar en contacto con la naturaleza, disfrutar del paisaje, hacer deporte, compartir y conocer gente. Entonces ¿Por qué no un campamento familiar? Grandes y pequeños, padres e hijos, tíos y sobrinos, unidos, trabajando en equipo mientras disfrutan de la naturaleza, haciendo excursiones por el monte, realizando dinámicas de grupo, resolviendo enigmas para avanzar en el camino de un rastreo o colaborando para superar la prueba de una gimkana.
Ésta ha sido la apuesta de la Unión parroquial Dulce Nombre de María y María Milagrosa para el periodo estival, un campamento familiar. Más de treinta personas han participado en esta iniciativa centrada en el ocio, la oración y la formación familiar que ha tenido lugar del 2 al 6 de agosto en El Espinar, en Segovia.
Acompañados por su párroco, Luis Miguel Rojo, las familias han realizado varias actividades centradas en desarrollar la pastoral familiar ya existente en esta parroquia a través de dinámicas lúdicas han trabajado en fortalecer la fe compartida, la amistad y la armonía.
*Imágenes pertenecientes a la Unión parroquial Dulce Nombre de María y María Milagrosa