Somos comunidad, y en ella nos iniciamos y perseveramos en la fe
1 octubre, 2018Con un vídeo-resumen de la actividad de la Diócesis de Valladolid durante el pasado curso 2017/2018 daba comienzo el sábado en el Seminario Diocesano el tradicional acto de inicio del nuevo curso, en el que nuestros obispos y delegados diocesanos nos presentaron la programación, y alrededor de 300 agentes de pastoral recibieron el ‘envío’ como misioneros evangelizadores.
Don Ricardo Blázquez nos solicitó nuestro apoyo expreso y nuestra oración por el Papa Francisco, días antes de partir a Roma a celebrar junto a él el Sínodo de los Jóvenes. Lo reclamó, ahora más que nunca, dijo, y pidió que las voces que desde dentro de la propia Iglesia pretenden impedir que el Santo Padre continúe su labor, “no contaminen la comunión eclesial presidida por el Obispo de Roma”.
Por su parte, don Luis Argüello, resumió esa programación que, bajo el título ‘En comunidad nos iniciamos y perseveramos en la fe’, ha de guiar nuestros pasos en Cristo durante los próximos doce meses. Tenemos por delante, dijo, un importante trabajo de discernimiento, para el que es preciso un hogar de comunión, un ámbito donde vivir la fe, donde ‘masticar’ lo que el Señor nos pide… “por eso hablamos de Acción Católica como el tronco donde reconocer, interpretar y elegir”.
Con la iniciación cristiana y el apostolado seglar (familia y jóvenes) como buques insignia de nuestra labor, don Luis nos recordó que todo en esta vida pasa por el descubrimiento de la vocación, con el discernimiento de lo que el Señor quiere de cada uno de nosotros, con la acogida consciente, responsable y feliz de su llamada.
La iniciación cristiana (transmitir la fe, iniciar en la vida cristiana) debe ser nuestro mayor objetivo, revisando para ello la puesta en práctica del Directorio en los últimos cinco años, para seguir teniéndolo como primer itinerario. Y dentro de este marco, destacó el papel de la familia, con los padres (responsables del despertar religioso de sus hijos) como primeros destinatarios de la propuesta. Hay que enseñar a orar en la familia, propiciar la pastoral ‘cuerpo a cuerpo’, dar a conocer a jóvenes y no tan jóvenes la acción caritativa de la Iglesia, cuidar confirmación de adultos y los cursillos prematrimoniales, etc.