19.junio.2020__ Este año, debido al “estado de alarma”, la novena y la fiesta del Corazón de Jesús en Valladolid, no ha podido celebrarse con la solemnidad acostumbrada, y la Basílica de la Gran Promesa se quedaba corta cada tarde para acoger la gran afluencia de fieles que acudían al novenario, muy superior a la permitida, por lo que tenían que cerrar. El día noveno, presidió la Santa Misa, Monseñor Argüello. En su brillante homilía (Día IX: Novena Corazón de Jesús 2020), hizo una síntesis teológica de las “tres miradas” que nos propone la Iglesia en el tiempo pascual, en este mes de junio: la mirada a “Jesús Eterno Sacerdote”, la mirada y contemplación a la “Santísima Trinidad” y, también, al “Espíritu Santo”, que se derrama en Pentecostés y hace posible «la Eucaristía». Subrayó que “Jesucristo, Eterno Sacerdote, vive la novedad de su sacerdocio en la Cruz, anunciada el Jueves Santo”; que se lleva a cabo “en Getsemaní”; que “la devoción al Corazón de Cristo está unida a la hora de Getsemaní, y a la Eucaristía, celebrada y adorada”; que, “por eso, en esta casa, los jueves se hace una hora santa” y que ahí “queremos unirnos al latido de Jesús que se hace gemido en la oración: Padre, si es posible pase de Mí este cáliz; pero …se haga tu voluntad”.
La Fiesta del Corazón de Jesús, que se celebra, siempre, el viernes después del Segundo Domingo de Pentecostésm se celebró en la Santa Iglesia Catedral presidida por nuestros obispos Don Ricardio y Don Luis. La estableció el Beato Pío IX (1856) para toda la Iglesia. San Juan XXIII le dio relevancia de Solemnidad. ( “fiesta de primera clase
Aunque la devoción al Corazón de Jesús viene desde los primeros tiempos del Cristianismo, y ya hubo revelaciones en la Edad Media, a Santa Gertrudis y a Santa Matilde, no fue hasta las Apariciones a Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690) cuando se desarrolló el culto al Sagrado Corazón; primero, en Francia.
El origen de la devoción al Corazón de Jesús en España, se originó en Valladolid, en las manifestaciones del propio Corazón de Jesús al joven jesuita Beato Bernardo de Hoyos. “Por su medio, el Señor “manifestó la intensidad de un corazón que tanto ama a los hombres y que tantas veces es abandonado y despreciado”, expresa D. Julio de Pablos, Rector de la Basílica de la Gran Promesa.
Benedicto XVI afirmó que “al ver el corazón de Señor, debemos de mirar el costado traspasado por la lanza, donde resplandece la inagotable voluntad de salvación por parte de Dios. El culto al Corazón de Jesús no puede considerarse culto pasajero o de devoción; su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios”.