Como cada 8 de diciembre, conmemoramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Desde el pasado 30 de noviembre han sido varias las novenas que se han celebrado en su honor tanto en la ciudad como en el mundo rural.
El dogma de la Inmaculada Concepción, sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado. Santa María, en el misterio de su Inmaculada Concepción, nos llama a vencer el pecado, el mal y la muerte. Nos enseña a abandonarnos en las manos de Dios, y es entonces, cuando encontramos la auténtica libertad.
En este 2023, el arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello, presidió en la víspera de la Solemnidad, la tradicional Vigilia en la Catedral, con el himno ‘Akáthistos’ y el ‘Te Deum’. Una Vigilia, precedida, por un rosario por la vida, la familia y la paz, que partió una hora antes de la parroquia de San Lorenzo. Los actos continuaron en la jornada del 8 de diciembre, con la Santa Misa, oficiada también por don Luis en la Seo Metropolitana. Ataviado, tanto él como los sacerdotes, con la casulla azul celeste, privilegio concedió por Roma a la Iglesia española por su particular afecto hacia la ‘Sin pecado concebida’.
Donde también se vive con especial devoción esta Solemnidad es en el Seminario Diocesano. La Inmaculada Concepción, es su patrona, y para toda la comunidad educativa tiene “una trascendencia muy honda”, como así asegura unos de sus formadores, Javier Sánchez, es importante que “los alumnos acojan la realidad de la Inmaculada Concepción de la virgen María como una muestra de que nuestra vida tiene que estar marcada por vivir de gracia”.
En el contexto de la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada, el Seminario acogió el domingo 10 de diciembre, la gracia de la Admisión a Órdenes de Alberto Muñoz, seminarista de nuestra diócesis.