Los jóvenes vallisoletanos han continuado un día más el camino. El final está cerca. En la cuarta etapa han llevado sus mochilas cargadas de ilusión y energía desde Pontevedra a Caldas de Reís.
Algunos están más cansados, a otros les duelen los pies o tienen ampollas, pero la experiencia de conocer gente nueva, compartir, y realizar este proyecto, este camino juntos merece la pena.