26-4-2018__ La Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo celebró la festividad de su patrono, san Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), conocido comunmente como el Hermano Rafael, en la iglesia de San Quirce y Santa Julita, con una Eucaristía presidida por Jesús García Gañán, párroco de Serrada, Rodilana y La Seca. El sacerdote hizo un recorrido por la vida de este monje trapense que, pese a que por su salud pudo permanecer poco tiempo en el monasterio de San Isidoro de Dueñas (Palencia), vivió de forma ejemplar ese carisma trapense en el silencio, la oración, la contemplación y el trabajo callado.
Considerado uno de los grandes místicos del siglo XX, San Rafael murió a los 27 años y, sin embargo, se convirtió en un modelo para los jóvenes, tal y como destacaron en su día los pontífices Juan Pablo II, que le canonizó en 2019, y Benedicto XVI.
“Solo Dios”
Jesús García Gañán recordó que a San Rafael le gustaba repetir una frase que nos recuerda a Santa Teresa de Jesús: “Solo Dios”, para enfatizar que todo en este mundo es relativo y que solo Dios permanece. El santo trapense llamaba a la Virgen María ‘La Señora’ y gustaba también de repetir que “Nada hay difícil para La Señora”, recordándonos que todo es posible con su intercesión, “porque en ella misma, en María, todo lo que parecía imposible se hizo posible”, apostilló Jesús García Gañán, quien aprovechó la homilía para recordar también alguna de sus experiencias personales vividas en La Trapa, de dedicación “a la contemplación, a la oración, a la vida sosegada y tranquila”.
