26-5-2018__ Este sábado, como cada último sábado de mayo se celebró el Rosario de la Aurora, recorriendo las calles de la ciudad de Valladolid desde la Pza Zorrilla hasta la Catedral, donde se celebró una multitudinaria eucaristía como colofón final.
La madrugada se presentaba fría, y la amenaza de lluvia era algo que estaba en la mente de todos los asistentes, sin embargo, un año más, los fieles no decepcionaron, y salieron de sus casas para darse cita a las 6:30, eso sí, paraguas en mano.
El recorrido fue un homenaje, en el que se dio gracias y también se hicieron peticiones, una por Misterio. Se oró de forma unánime por la vida consagrada, por las vocaciones, por la juventud, por la familia y por la paz.
Ya cerca de las 7:20, la Virgen llegaba a hombros a la Catedral, donde el Sr Obispo auxiliar de la Diócesis, D. Luis Arguello, presidió la eucaristía.
En la homilía, D. Luis Arguello se refirió a la oración, vital para cualquier cristiano y reflexionó sobre lo importante que es rezar de la mano de María, sierva humilde de Dios a quien debemos imitar. Del mismo modo, se recalcó la necesidad de “orar con insistencia”, siendo conscientes de que somos pecadores, como reconocemos en el propio Ave María. Además se animó a recibir a María como madre nuestra, como quiso Cristo en la cruz.
Desde luego, fue una mañana de fiesta y alegría por ver como cada año, tantísimos fieles salen de su comodidad para ser un ejemplo incalculable de fe, de esperanza, y sobre todo de amor por una madre llamada María.
