Carolina Pascual, miembro del Consejo Episcopal y delegada de Apostolado Seglar
Este fin de semana, en el Seminario Diocesano, se dieron cita los referentes del Sínodo de nuestra diócesis que representan las diferentes realidades eclesiales que forman nuestra Iglesia en Valladolid. Representantes de Confer, consagrados, referentes de movimientos laicales, representantes de todos los arciprestazgos de la ciudad y de la zona rural y sacerdotes, acompañados de nuestro arzobispo, don Luis Argüello.
Tras la oración Adsumus Sancte Spiritus, don Luis puso en contexto la reunión con unas pinceladas sobre el documento de la síntesis del sínodo de los obispos de octubre de 2023.
Esta reunión responde a la invitación de la secretaría del Sínodo de la Conferencia Episcopal a seguir avanzando en sinodalidad, teniendo en cuenta dos cuestiones clave: ¿Cómo ser una iglesia sinodal en misión? y ¿cómo mantener vivo el dinamismo sinodal?
Los asistentes, mediante la metodología de la Conversación en el Espíritu, reflexionaron sobre las siguientes cuestiones concretas: elegir 3 prioridades de entre los 20 temas del Informe de síntesis, así como elegir 3 iniciativas concretas para poner en práctica a nivel local, indicando el modo para implementarlas en la propia realidad eclesial.
La reunión sirvió para retomar los trabajos del sínodo en esta nueva fase, animarnos a seguir avanzando y a invitar a participar a otras personas, independientemente de que lo hayan hecho en fases anteriores o no. Entendiendo que la Iglesia es misión, y todos los bautizados, cada uno desde su vocación, estamos llamados a la misión. En palabras del prelado vallisoletano, “el sínodo no es un momento, un trabajo que se archiva en una carpeta, sino que es un nuevo modo de caminar en la Iglesia. Se trata de un impulso para ser fieles al mandato del Señor de anunciar el Evangelio”.
Con ese deseo de avanzar en este camino de la sinodalidad en nuestra iglesia local, los referentes quedaron emplazados con sus grupos a próximas reuniones que les permita reflexionar, entre otras cuestiones, sobre cómo tejer lazos y construir comunidad, qué procesos y estructuras son necesarios en una Iglesia que escucha y acompaña, y qué ministerios y órganos de participación son necesarios renovar o introducir para favorecer la corresponsabilidad en nuestra Iglesia local.