Restauración del presbiterio de la iglesia de San Miguel Arcángel de Pedrosa del Rey.
4 octubre, 20214.octubre.2021__ El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, ha presentado, junto al delegado diocesano de Patrimonio de Valladolid, Jesús García Gallo ,y al alcalde de Pedrosa del Rey, José Ramón Fernández, la obra de restauración del presbiterio de la iglesia de San Miguel Arcángel de la localidad vallisoletana de Pedrosa del Rey.
Las actuaciones en este templo se han prolongado durante varios años al detectar los problemas que aquejaban a algunos de sus elementos y que hacían necesaria su intervención. Desde entonces se han sucedido distintas obras, destacando la restauración de las cubiertas, el acondicionamiento interior del templo y la actual intervención en el presbiterio.
Con esta última actuación, que se iniciaba el pasado año, se ha recuperado la ornamentación que caracteriza este espacio, conservando los sus bienes más significativos: la armadura, el retablo y las pinturas murales. Es importante destacar que se ha respetado escrupulosamente la imagen heredada, manteniendo todos los testimonios aportados en cada época y que han configurado el conjunto de este presbiterio tan completo y rotundo en su composición.
Para ello, se han acometido diversas acciones como la limpieza de la armadura, tratando su estructura para conseguir su estabilidad y recuperando la ornamentación necesaria para para su comprensión y buena contemplación. También, en el retablo, que se ha desmontado y se han recuperado las molduras lineales y doseles para enmarcar convenientemente las tablas policromadas de Lorenzo de Ávila, las cuales se han fijado, limpiado y reintegrado cromáticamente.
Dentro de esta intervención sobre el retablo y, aprovechando la accesibilidad a las tablas al estar desmontadas, el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castila y León ha realizado un estudio de reflectografía infrarroja, a fin de poder aportar datos para la mejor documentación histórica de este conjunto de pinturas de gran interés.
En cuanto a la pintura mural, se han eliminado elementos que ocultaban la pintura. En la reintegración polícroma destaca la recuperación del color del banco de apoyo del retablo por medio de una reinterpretación de los restos del zócalo aparecidos en la intervención.
Este proyecto constituye una verdadera acción integral, al acometer el estudio, investigación, conservación y restauración de este templo y ejemplifica las líneas de actuación de la Consejería de Cultura y Turismo, promoviendo un modelo de gestión sostenible del patrimonio cultural que plantea la consideración de los bienes del patrimonio cultural como recurso para el desarrollo territorial y social, y la actuación en la gestión y restauración como acciones al servicio de las personas.
Con un presupuesto ejecutado de 300.000 euros que, junto a los anteriores, se completa una inversión sobre este importante BIC de un total de un millón de euros, destinados a la restauración y puesta en valor de esta iglesia.
El consejero ha resaltado durante el acto que “este templo renovado no sólo supone la conservación de un bien cultural y el servicio a los ciudadanos de Pedrosa, sino también una nueva oportunidad de atractivo turístico para este municipio y para la provincia de Valladolid” y ha animado a los vecinos a seguir trabajando por el futuro a partir del patrimonio y de la cultura.
La iglesia de San Miguel
La Iglesia de San Miguel Arcángel es un edificio levantado en sillares de piedra en la torre, esquinas y partes nobles y mampostería y tapial para el resto. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994. Presenta tres naves, casi a la misma altura, separados por arcos de medio punto sobre pilares cruciformes y se cubre en la nave central con bóvedas barrocas del siglo XVII, de arista, y en las laterales con bóveda de cañón con lunetos, ambas ornamentadas con yeserías geométricas de muy poco resalte.
La iglesia se comienza a construir por la cabecera hacia la primera mitad del siglo XVI y se seguirá avanzando hacia la espadaña ya en el siglo XVII. La armadura policromada del presbiterio y el retablo mayor corresponden a este momento y ya el primer nivel de revestimiento se desarrolló en el siglo XVII. Esta decoración del XVII se caracteriza por su acabado en blanco en toda la iglesia y con despiece de sillares en negro en el muro norte y en dorado en el frente de la capilla de Cristóbal Amado. De esta época son también las decoraciones de cruces repartidas por los muros de la iglesia, especialmente el muro sur y el conjunto pictórico que enmarca el presbiterio.
En el siglo XVIII se cubren estos revestimientos por unos de acabado verdoso y, ya a finales del XIX la capa ocre con despiece en negro que caracterizaba a la iglesia. Las bóvedas seguirían esta misma cronología y tipología pictórica.