3.julio.2018__ Los responsables de Red Íncola, fundación integrada por nueve congregaciones católicas que lleva desde el año 2006 apoyando a la población inmigrante y a los más desfavorecidos desde los ámbitos social, asistencial, educativo y laboral, presentaron en Valladolid su memoria de actividades del año 2017. Un año en el que, como apuntó su coordinador, EduardoMenchaca, la actividad de la entidad aumentó en un 18,25%, “tras el esfuerzo de búsqueda de más recursos para atender las necesidades de las personas migrantes. Juventud y empleo, apuntó, fueron los programés reforzados.
El jesuita Félix Revilla, presidente del patronato, destacó que “todas las instituciones religiosas integradas en la ONG (Carmelitas Vedrunas, Compañía de Jesús, Compañía de María, Hijas de la Caridad, Filipenses Misioneras, OIKOS, Institución Teresiana, RR. Esclavas Sdo. Corazón y RR. María Inmaculada) ponen al servicio de la labor de integración diversos recursos por un valor que asciende a 105.720 euros”. Aportaciones no dinerarias, que se suman a los 141.885 de subvenciones, a donaciones privadas, arrendamientos, fondo de becas escolares… en total 263.613 euros que se destinan íntegramente a amortiguar la difícil tarea de llegar a una ciudad desconocida, integrarse en ella, vivir y crecer.
Información jurídica de calidad
La trabajadora social María Luisa San Martín explicó, por su parte, que el repunte de la llegada de personas inmigrantes en situación irregular (un movimiento migratorio movido por la violencia, las maras, la inseguridad y la extrema pobreza de Venezuela, Colombia y Centroamérica, en su mayoría) está generando nuevas realidades a las que hacer frente. Un buen número pide protección internacional, vienen con el permiso turístico pero en el plazo de un tiempo eso puede cambiar. Lo solicitan y se lo deniegan, incluso cuando tienen trabajo y los hijos están escolarizados. “Es muy importante ofrecer una información jurídica de calidad. Lo principal es que justifiquen el tiempo transcurrido en España”, apuntó.
Intervino también en la rueda de prensa Bouchra Smires, joven marroquí de veinte años. Dio testimonio de sus 16 últimos en Valladolid y de su participación en el programa de juventud de esta ‘malla solidaria’, y agradeció el trabajo que desarrolla con la población inmigrante. En Red Íncola la han visto crecer y su rostro, su vida, son la expresión de la memoria a largo plazo, esa que hoy recoge los frutos después de años y años de apoyo y seguimiento. Bouchra ha crecido con Red Íncola y Red Íncola lo ha hecho también con ella. “Yo en Valladolid me siento como en casa”, reconoció.
Educación y empleo
Como se recordará, la actividad de la organización se centra en Castilla y León, pero la institución cuenta con delegaciones en Pamplona, Bilbao, Sevilla o Cádiz, con aulas de apoyo escolar en Melilla, con 200 familias atendidas, y casi dos mil mujeres orientadas a nivel nacional. Un total de once delegaciones.
La entidad atendió en 2017 a 4.593 personas en toda España, con cerca de 400 voluntarios y una veintena de trabajadores contratados. En Valladolid, llegó a 1.695 necesitados, 637 de los cuales acudían por primera vez, con servicios como el alojamiento, la alimentación, la atención jurídica y psicológica, el ropero o los programas de mujer. Además 164 niños y jóvenes fueron atendidos en apoyo educativo, otra cuarentena en actividades de ocio y tiempo libre y 45 recibieron ese año becas escolares. En cuanto a formación y empleo, 920 personas fueron asesoradas y 279 consiguieron un trabajo.