La Navidad es la Solemnidad del nacimiento de Jesucristo, Dios hecho hombre para salvar a la humanidad. Para vivirla y profundizar en su significado, la Iglesia Católica propone una serie de recomendaciones.
Estas se encuentran en el Capítulo IV del Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, elaborado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, publicado en 2002.
1.- Profundizar en el don otorgado por Dios
La Santa Sede exhorta a profundizar que la Navidad es un “don que es expresión del amor infinito de Dios que ‘tanto amó al mundo que nos ha dado a su Hijo único’”.
Por ello, se debe valorar la “solidaridad con el hombre pecador, por el cual, en Jesús, Dios se ha hecho hombre” y que “el Hijo de Dios ‘siendo rico se ha hecho pobre’ para enriquecernos ‘por medio de su pobreza’”.
2.- Reflexionar sobre el valor de la vida
En Navidad se destaca “el valor sagrado de la vida” y “el acontecimiento maravilloso que se realiza en el parto de toda mujer, porque mediante el parto de María” nació el Salvador del mundo.
3.- Celebrar con sencillez
En el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, el Vaticano recomienda vivir esta celebración en un “clima de sencillez, y de pobreza, de humildad y de confianza en Dios, que envuelve los acontecimientos del nacimiento del niño Jesús”.
Indica además que es importante profundizar en el valor religioso de la Navidad para que esta “no se convierta en terreno abonado para el consumismo ni para la infiltración del neopaganismo”.
4.- Cantar villancicos
En el texto, la Santa Sede subrayó que los villancicos son “instrumentos muy poderosos para transmitir el mensaje de alegría y paz de Navidad” y por ello recomiendan cantarlos en Nochebuena.
Puede encontrar algunas sugerencias AQUÍ.
5.- Leer en familia el relato del nacimiento de Jesús
El documento vaticano indicó que Nochebuena es “una ocasión de oración de toda la familia” y recomienda leer “la narración del nacimiento de Jesús según San Lucas”.
También exhorta a entonar “los cantos típicos de la Navidad y se eleven las súplicas y las alabanzas, sobre todo las de los niños, protagonistas de este encuentro familiar”.
6.- Rezar ante el árbol de Navidad
La Santa Sede invita a que las familias recen entorno al árbol de Navidad porque “independientemente de su origen histórico” es “hoy un signo fuertemente evocador, bastante extendido en los ambientes cristianos; evoca tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén, como el árbol de la cruz, y adquiere así un significado cristológico”.
“Cristo es el verdadero árbol de la vida, nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa María, árbol siempre verde, fecundo en frutos”, precisa el texto.
7.- Dar regalos a los pobres
En el documento, la Iglesia Católica refiere que “entre los regalos colocados bajo el árbol de Navidad no deberían faltar los regalos para los pobres: ellos forman parte de toda familia cristiana”.
8.- Compartir juntos la cena de Navidad
Otro gesto que sugiere el Vaticano es realizar una cena de Navidad porque en ella “se manifiestan con toda su fuerza la firmeza y la alegría de los vínculos familiares”.
“La familia cristiana que todos los días, según la tradición, bendice la mesa y da gracias al Señor por el don de los alimentos, realizará este gesto con mayor intensidad y atención en la cena de Navidad”, asegura.
9.- Asistir a Misa
La Santa Sede invita a los fieles a asistir a la Misa de Nochebuena porque esta “tiene un gran sentido litúrgico y goza del aprecio popular”.
Destaca asimismo que al inicio de la Eucaristía se entona “el canto del anuncio del nacimiento del Señor, con la fórmula del Martirologio Romano”, en el momento de “la presentación de los dones para el ofertorio siempre habrá un recuerdo concreto de los pobres” y la “oración de los fieles deberá asumir un carácter verdaderamente universal, incluso, donde sea oportuno, con el empleo de varios idiomas como un signo”.
“Al final de la celebración podrá tener lugar el beso de la imagen del Niño Jesús por parte de los fieles, y la colocación de la misma en el nacimiento que se haya puesto en la iglesia o en algún lugar cercano”, indica el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.