Los fieles compañeros de los feligreses de Valladolid reciben la bendición por San Antonio Abad, protector de los animales
17 enero, 2025Como cuando San Francisco de Asís con solo hacer la señal de la cruz logró amansar a su “hermano lobo”, los feligreses de Valladolid han apaciguado con caricias a sus fieles compañeros (de cuatro patas) cada vez que un ladrido retumbaba en la Parroquia del Santísimo Salvador, donde decenas de perros —y un pajarito— han recibido la bendición este 17 de enero.
Por San Antonio Abad, protector de los animales, el céntrico templo vallisoletano ha sido testigo de una entrañable celebración con mascotas apostadas a los pies de los bancos, en sus propios carritos o en brazos de sus propietarios, a quienes Francisco Javier Martínez, párroco in solidum del Salvador, ha exhortado a ser “atentos” y “cuidadosos” con todas las criaturas de Dios y, por extensión, con “la vida en todas sus manifestaciones, desde su origen”.
Finalizada la Eucaristía, como es tradición, el párroco y uno de los colaboradores de la Iglesia, Plácido Gutiérrez, han asperjado con agua bendita a los animales a las puertas del templo. Han asperjado, incluso, la manta y el juguete de un perro que “está pachucho”, lamentaba su propietaria, que ha decidido acudir este año sin su compañía al templo y que, como tantos otros fieles vallisoletanos, se ha llevado también por San Antón la bendición a casa.
“Hay para todos”, tranquilizaba Gutiérrez a los fieles, muchos de ellos teléfono móvil en mano para inmortalizar el momento, cuando se ha visto sorprendido por un feligresa que le presentaba un conejo para que lo bendijera. “¡Cuidado, no se te escape!”, bromeaba, compartiendo sonrisas con los cientos de fieles vallisoletanos y las decenas de curiosos que, animados por la inusual estampa, se han acercado también a las puertas de la Iglesia del Salvador, interrumpiendo sus paseos para que sus animales también fueran bendecidos en el día de su patrón, San Antonio Abad, cuya imagen ocupa uno de los retablos laterales del templo.