“La muerte provocada no puede ser nunca solución a problemas o conflictos. Ni siquiera al sufrimiento”
25 enero, 2023Una abarrotada parroquia de La Inmaculada ha dado esta mañana su último adiós a Paloma e India, la madre y la hija asesinadas el lunes en Valladolid. Lo ha hecho en el más absoluto silencio.
“Señor: Ten misericordia de nosotros, consuela la radical soledad en la que esta muerte violenta nos introduce y no dejes que las tinieblas tengan voz (…) En tus manos encomendamos la vida eterna de Paloma y de India; en tus manos ponemos el dolor inenarrable de esta familia, de esta iglesia, de esta sociedad vallisoletana, de este mundo nuestro. Ten misericordia de nosotros”. Con estas palabras concluía nuestro arzobispo, don Luis Argüello, la homilía de la Misa exequial por estas mujeres, cuya muerte ha conmocionado a toda España.
Nuestro pastor comenzaba sus palabras recordando que los familiares, amigos, vecinos de las víctimas habían acudido al templo para “recibir el consuelo del buen Dios, pero también para decir con un gemido: Padre, ¿por qué nos has abandonado?” y reconociendo que “experimentamos un dolor inenarrable y una indignación indescriptible (…) porque de alguna manera tenemos la convicción de la dignidad sagrada de toda vida humana”.
“Queremos y reclamamos justicia humana, pero no basta; queremos soluciones para un problema que es una lacra social, pero no basta… Experimentamos las tinieblas y necesitamos tu luz (…) Danos tu misericordia para no permanecer en el odio, incluso en el que podríamos llamar “legítimo (…) No dejes que la violencia de nuestro corazón herido se adueñe de nosotros”, apostilló don Luis, quien hizo hincapié en que “la muerte provocada no puede ser nunca solución a problemas o a conflictos, y ni siquiera al sufrimiento”.
Don Luis Argüello pidió también a los dirigentes que no hagan de tragedias como la vivida “politiqueos baratos o excusas para la dialéctica del enfrentamiento“.
DEP Paloma e India