La Diócesis de Valladolid dará el miércoles, 22, su último adiós a Fray Cándido Áñiz Iriarte

La Diócesis de Valladolid dará el miércoles, 22, su último adiós a Fray Cándido Áñiz Iriarte

La Diócesis de Valladolid dará el miércoles, 22, su último adiós a Fray Cándido Áñiz Iriarte

21 mayo, 2019

El funeral será el miércoles, 22 de mayo, a las 19:30h. en San Pablo

 

SEMBLANZA DE FRAY CÁNDIDO ÁNIZ IRIARTE  (15-5-2019)

El pasado día 15 de mayo fallecía en Pamplona, Fray Cándido Ániz Iriarte. Y lo despedimos al día siguiente en la Eucaristía funeral que celebramos en el Convento de San Valentín de Berrio Ochoa, de Villava. Fue un dominico de cuerpo entero, un profundo creyente y una gran persona.

“Estoy tranquilo, sereno y en manos de Dios”: es una de las últimas cosas que dijo Fray Cándido a una sobrina. “Estoy en paz”, le dijo a otro sobrino. Paz y tranquilidad que no siempre pudo tener en su vida por las múltiples tareas y responsabilidades que muy pronto le encomendaron los superiores. Incluso, en la última etapa de su vida; alguna vez se cuestionó decisiones y actitudes de su pasado. Pero nunca le faltó esa confianza en Dios, a la que se abandonó plenamente en la debilidad: “hasta que Dios quiera, nos dijo…; estoy en sus manos”.

Fray Cándido nació en Ochovi, pueblecito a 15 km de Pamplona, el 19 de febrero de 1926. Fue el tercero de los 7 hijos que tuvieron sus padres. Actualmente viven dos, una es Misionera Dominica del Rosario.

Licenciado en teología por la Facultad de San Estaban de Salamanca en 1951 y Doctor en Teología por la Universidad Santo Tomás-Angelicum de Roma en 1952, obtuvo también la Licenciatura en Filosofía.

Regresó como profesor de teología a Salamanca entre 1952 y 1957. En 1958 fue destinado a Córdoba, como Rector de la Universidad Laboral y Superior de la Comunidad, hasta 1967. En dicho año es nombrado Maestro de los Estudiantes Dominicos de Filosofía, en el Convento de Ntra. Sra. de las Caldas de Besaya (Cantabria), donde residió hasta 1970 en que el Centro se traslada a Valladolid, primero al edificio del Seminario Mayor de la Diócesis y después al Convento de San Gregorio.

En 1975 es elegido Prior Provincial de los Frailes Dominicos de la Provincia de España, durante dos periodos de 4 años, hasta 1982. Y entre 1978 a 1982, es, también, presidente de los Religiosos de España-CONFER.

En 1982 regresó a Valladolid y hasta 1997 fue profesor y, en algún período director, del Instituto Superior de Filosofía. También prior del convento y  desempeñó numerosas misiones y servicios dentro de la provincia dominicana y del convento.

De verbo fecundo y fluido, fue un digno hijo de Domingo de Guzmán como predicador y conferenciante en los más diversos auditorios, grupos, comunidades, parroquias… Publicó y coordinó, numerosos escritos: sobre Santo Domingo y temas dominicanos, sobre la vida religiosa y sobre los monasterios de dominicas contemplativas… Inteligente, lúcido y trabajador incansable, preparaba con enorme responsabilidad todas sus intervenciones.

Era exigente consigo mismo y con los demás. Aunque comedido en sus expresiones, era muy delicado, exquisito, en su trato con las personas. Sabía escuchar, apoyar, mostraba un interés especial por los jóvenes. Tenía una actitud positiva en todo y con todos, valoraba y agradecía todo lo que se hacía en las comunidades. Y a la vez, humilde y servicial, siempre disponible para cualquier tarea que se le pidiera. Fue una persona congruente y fiel a su condición de consagrado y, para los que vivimos con él, un fraile ejemplar. Dominicano por todos los costados.

En 2009, con la unión de los Conventos de San Gregorio y San Pablo, pasa a la nueva comunidad donde permanece hasta el 20 de julio de 2017 que es destinado a la comunidad San Valentín de Berrio Ochoa, de Villava, en la que ha vivido los dos últimos años de su vida. Esta etapa de mayor debilidad y reducción de actividad y de facultades, nos ha permitido conocer y disfrutar su profunda humanidad, tantas veces no comprendida, porque, quizás las tareas y labores ejecutivas no le facilitaban.

Mantenía una cálida relación con su familia, que le ha acompañado y cuidado, con enorme cariño en su larga hospitalización hasta su muerte.

El 15 de mayo a las 7 de la mañana entregó su espíritu al Dios al que había consagrado toda su vida entera.

El ex Maestro General de la Orden, Fray Timothy Radcliffe dice, en su libro “Os llamo amigos”, que el modo de morir de los hermanos, la paz y serenidad con que habitualmente la afrontan, es a veces su última predicación del evangelio, es un testimonio de la total esperanza. Así ha sido la del P. Cándido. La serenidad y dulce sonrisa nos expresaba la paz y confianza de su corazón.

El Señor le dijo a Domingo de Guzmán “ve y predica”, y para esa misión fue creada la Orden de Predicadores: Fray Cándido fue un fiel y digno hijo de Domingo en los más diversos foros y formas. Y hoy le ha dicho “ven siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor”. Hermano querido ¡Descansa en paz!

 

Fray Carmelo Preciado op

Prior de San Pablo y San Gregorio