La cofradía de la Sagrada Pasión celebra la festividad de la Virgen de los Dolores

María Santísima de la Pasión. Se trata de una pequeña imagen de bulto redondo de mediados del siglo XVI que representa una piedad. Gracias a los estudios del profesor Jesús María Parrado del Olmo podemos atribuir la obra al escultor Francisco Giralte.

        Durante siglos, y hasta su cierre al culto, la talla presidió el retablo mayor de la antigua iglesia de la cofradía, hoy sala municipal de exposiciones en la calle de la Pasión. Allí recibía el afecto de numerosos vallisoletanos. El conocido historiador local Manuel Canesi Acevedo escribió al respecto, a mediados del siglo XVIII: “Toda la ciudad tiene con esta Madre amorosa especial devoción, así por sus continuados milagros, como por su hermosa hechura…”

        Con el deseo de mantener vivas sus devociones tradicionales la cofradía le rinde culto de manera especial en esta fecha, preparando así los actos que le dedica en el mes de octubre, entre los que se incluye una salida procesional por las calles de la ciudad. Lógicamente, quien no pueda acompañar a María en su dolor durante esas fechas tiene, en cambio, la oportunidad de verla todo el año en su altar y retablo de la mencionada iglesia de San Quirce.