José Ignacio Foces pronunció el Pregón de la Semana Santa vallisoletana
5 abril, 20195.abril.2019__ Ante la talla de Jesús de Medinaceli de la cofradía del Discípulo Amado, la Catedral de Valladolid vibró con la glosa de la Semana Santa 2019 que declamó el periodista y subdirector de Proyectos Editoriales de El Norte de Castilla, José Ignacio Foces, en la que destacó la importante labor de las cofradías, y ensalzó cómo la ciudad mantiene viva la llama de la Pasión los 365 días del año. “La semana de pasión vallisoletana no es sino el culmen de un conjunto de actividades que desarrollan las cofradías a lo largo del año. Yo diría que es la expresión exterior de una vida interior de las cofradías que se desarrolla, que se ejercita día a día, durante los doce meses del año”, explicaba días antes el pregonero de la capital, cofrade del Nazareno.
Con la santa iglesia abarrotada de familiares, amigos, cofrades y fieles en general, y en presencia de las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, con nuestro arzobispo, don Ricardo Blázquez a la cabeza, Foces transitó por la Pasión de la capital como si de un reportaje periodístico, pero entregado y entusiasta, se tratara.”A las procesiones de la Semana Santa de Valladolid se entra al anochecer del Viernes de Dolores, entre un Via Crucis en Santa Ana, de la mano de la Cofradía del Santo Entierro, y otro en Las Delicias, alumbrado por la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores, heredera de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, que este año cumple su 75 aniversario; y se sale un jubiloso mediodía del Domingo de Pascua con el encuentro del Resucitado con su Madre, que las cofradías de Nuestro Padre Jesús Resucitado y del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo inundan de luz, fiesta y alegría”, comenzó el periodista, quien señaló después que la Pasión es “escuela de muchas cosas”. Entre sus aportaciones destacó la igualdad, solidaridad, esfuerzo, libertad, saber ser, saber estar, el silencio y la conformación de la identidad vallisoletana. Por ello, coincidió con quienes piensan que es un desafío “de enorme magnitud tratar de conducir a los jóvenes para que sean conscientes de que precisamente la vida ni es Internet, ni está en Internet”.
Repasó su temprano primer contacto con la Semana Santa de la capital, en la televisión de su Villavicencio natal, y su entrada en el Nazareno. Habló del valor cultural, histórico y social de cada hermandad; apuntó la vinculación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado a la Pasión de la ciudad del Pisuerga; reivindicó a Juan de Juni y el monumento al cofrade; se enorgulleció del silencio de los cortejos y la devoción bajo los capuchones, y pidió “al Cristo de Medinaceli, que preside este pregón, que nos eche una mano para afrontar ese futuro, siempre incierto, al que nos enfrentamos, pero al que no hemos de temer si caminamos bajo su protección”.