Jornada de la Sagrada Familia: “Familia, portadora de la Buena Noticia”
28 diciembre, 2023La Iglesia celebra este año el domingo 31 de diciembre la Jornada de la Sagrada Familia con el lema “Familia, portadora de la Buena Noticia”. Este año, en nuestra diócesis, conmemoramos esta efeméride, el 29 de diciembre, a las 18:00h en la Catedral, con la Eucaristía presidida por el arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello.
Al finalizar, como hacen las buenas familias, todos los allí congregados compartirán un chocolate y disfrutarán de un agradable momento cantando juntos villancicos. Además, los ganadores del concurso de carteles (que se darán a conocer a lo largo de la jornada), convocado por la delegación de Familia y Vida, disfrutarán de su premio: subir a la torre de la Seo Metropolitana para ver la iluminación navideña de la ciudad desde lo más alto.
Mensaje de los obispos
Los obispos invitan en esta Jornada a contemplar a san José y a la Virgen María como modelo de acogida de Jesucristo, el Verbo de Dios encarnado.
En primer lugar, recuerdan en el mensaje que “las familias cristianas encuentran en la Sagrada Familia el ejemplo que seguir, así como un sólido punto de referencia y una firme inspiración”. Esto implica como tarea prioritaria que Jesucristo sea el centro de cada familia.
Por ello, los obispos indican que es importante que esta realidad “sea experimentada en la cotidianeidad ya que, por una parte, la familia real y concreta es el lugar donde se encuentra la presencia del Señor, que acompaña todos los momentos de sufrimientos, gozos y esfuerzos diarios, y, por otra, vivir una comunión familiar de manera plena es un auténtico itinerario hacia la santificación en la vida cotidiana”.
La familia cristiana, respuesta a la sociedad actual
En el mensaje, los prelados de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida explican que uno de los mayores males que afectan a nuestra sociedad es el individualismo exasperado, que nos lleva a idolatrar el propio ego. Y de ello surge la soledad y tantas formas de pobrezas afectivas, consecuencia de aislamientos y rupturas y la ausencia de verdadero diálogo y compañía.
Por el contrario, apuntan que “la vivencia de la comunión familiar es un verdadero antídoto contra este mal tan característico de nuestro tiempo, ya que «la familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer esposos, de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer cometido es el de vivir fielmente la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de personas”.