‘No apartes tu rostro del pobre’, son las palabras escogidas por el papa Francisco como lema para la VII Jornada Mundial de los Pobres que celebraremos el próximo 19 de noviembre. Nuestra diócesis se suma a esta convocatoria con las II Jornadas Sociales que arrancarán hoy, con el encuentro de agentes de Pastoral Social, a las 19:00h en el Seminario.
Las Jornadas Sociales organizadas por los organismos para el Desarrollo Humano Integral se completan con la mesa redonda ‘Los rostros de la pobreza’, el día 15 a las 19:00h en el Centro Cívico Bailarín Vicente Escudero. Una vigilia de oración ecuménica, para el 17 de noviembre, a la misma hora, en los locales parroquiales de San Agustín. Y el encuentro ‘Jóvenes y pobreza’ que comenzará a las 10:30h, del 18 de noviembre, en la parroquia de San Fernando. La oración también estará presente con la invitación, los días 14 y 16, a todas las parroquias a celebrar una oración comunitaria.
Como señala el Santo en su Mensaje para esta jornada, se trata de una cita que va arraigando poco a poco, para descubrir cada vez más, el contenido central del Evangelio. El delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Valladolid, José colinas insiste en que hay un compromiso más firme cada día de acoger a los pobres, pero esto no basta, se necesita mucho más. Es primordial, “pararnos y escuchar los gemidos de los otros”.
Es importante y necesario que reflexionemos sobre nuestro estilo de vida frente a las tantas pobrezas que existen en la actualidad. Aunque bien es cierto, que ha crecido la sensibilización social hacia los pobres, de ahí el agradecimiento de Colinas a todos aquellos que “mantienen su compromiso con el hermano que sufre y que les prestan su tiempo para ayudarles a recuperar sus derechos”.
Esta convocatoria es una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad. Con ese objetivo, los promotores de la Jornada proponen “contemplar y orar por las personas que están viviendo estas situaciones, y acercar la realidad de otros lugares del mundo, de nuestro barrio o localidad, para pedir en oración no mirar hacia otro lado sino aprender a mirar con ternura y compasión a los que están alrededor”.
