Evangelios del domingo comentados. Septiembre de 2024
1 de septiembre de 2024
22º Domingo del Tiempo Ordinario
“Se reunieron junto a Jesús los fariseos” (Mc 7, 1-8.14-15.21-23)
La queja de Jesús sobre su pueblo es la queja de Jesús sobre nosotros hoy. Le honramos con labios pero nuestro corazón está lejos de él. Nuestro culto está vacío, aquello que ofrecemos a Dios está vacío. Rezamos con palabras de alabanza, contrición y petición, pero no le damos nuestro corazón, ni ponemos en Dios nuestros anhelos y deseos. ¿De verdad deseas ser santo? ¿Cuánto deseas ser humilde, ser casto, ser sincero? Has de fomentar en tu oración estos nobles deseos, hazlos grandes aunque no los alcances a vivir con tus obras. Los deseos son los que dan eficacia a tus palabras y son ofrenda agradable al cielo. Hasta que no pongas el deseo, no pondrás el corazón, no ofrecerás un culto digno de Dios.
8 de septiembre de 2024
23º Domingo del Tiempo Ordinario
“El hijo del hombre tiene que padecer” (Mc 7,31-37)
Es verdad que curo a un sordo que apenas podía hablar. Pero diciendo “Effetá”, esto es “ábrete”, se abrieron más oídos y se soltaron más lenguas, las de todos los que estaban allí acompañando al enfermo. Sus bocas, libres de cobardías y demonios mudos, comenzaron a proclamar el nombre de Dios a grandes voces. Él les mando que no dijeran nada a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Hoy hay muchos cristianos que enmudecen ante el mundo por vergüenza y temores. Necesitamos que sueltes nuestra lengua para gritar tu gloria, para aclamar tu nombre por las calles. Ven de nuevo a liberarnos y sanaremos. Pronuncia sobre nosotros: “Effeta”.
15 de septiembre de 2024
24º Domingo del Tiempo Ordinario
“Tú eres el Mesías” (Mc 8,27-35)
Es un arte amar bien. Cuando Jesús le preguntó a Pedro si le amaba, creo que dijo la verdad, amaba con pasión a Jesucristo, aunque le amaba mal. Amar mal no es no amar, puede ser el comienzo de amar bien. Jesús tuvo que increpar a Pedro aparte porque le amaba mal. Ama mal quien piensa que amar es evitar que el ser amado sufra. Hay padres que aman mal a sus hijos queriendo evitarles sufrimientos, los maleducan. Realmente lo que buscan es evitar su propio dolor. Amar no es evitar sufrimientos al ser amado, sino sufrirlos con él. Jesús no nos quita la cruz que le pedimos, porque nos ama bien y la necesitamos como puerta de vida. Por eso la sufre con nosotros. La abraza mucho antes que nos llegue a nosotros.
22 de septiembre de 2024
25ºDomingo del Tiempo Ordinario
“Va a ser entregado en manos del hombre” (Mc 9,30-37)
Cuando Jesús les hablaba en parábolas, los apóstoles solían preguntarle por el sentido de aquellas enseñanzas. Pero cuando les dijo que sería entregado en manos de los hombres y le matarían, ellos no le preguntaron porque les daba miedo y no querían la verdad. La Cruz ha sido el gran escándalo (1Co 2,23). Los apóstoles que eran judíos pensaban que Dios otorgaría al justo el triunfo en esta vida, y que el Mesías instauraría su reino en los palacios de Israel. No podían concebir un Mesías derrotado, humillado y muerto. Si eres cristiano, te enamorarás de la Cruz, la abrazaras con todas tus fuerzas, y encontrarás en ella vida eterna. Para un cristiano la Cruz es solo la puerta que todos tenemos que atravesar para participar de la gloria.
29 de septiembre de 2024
26º Domingo del Tiempo Ordinario
“No vienen con nosotros”, (Mc 9,38-43.45.47-48)
“Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros”. Ya por aquel entonces los apóstoles apuntaban maneras. Pero traspasados por el Espíritu, sus corazones se abrieron hasta convertirse en “católicos” universales. Hoy las fronteras no las trazan la carne de cerdo que antes estaba prohibida por los judíos, sino las ideologías. Nos protegemos de los que no piensan como nosotros. Pero de nuevo, nos equivocamos. Todos son “de los nuestros”. Lo que pasa es que algunos no lo saben. Nosotros tenemos la responsabilidad de acercarnos a ellos y anunciarles que Dios los ama, que son “de los nuestros”, de los amados de Dios. Por ellos también Cristo derramo su Sangre preciosa.