Evangelios del domingo comentados. Junio de 2024

Evangelios del domingo comentados. Junio de 2024

2 de junio de 2024                                                                                                                           

El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo                                                                           

“Tomad mi cuerpo” (Mc 14,12-16.22-26)

Una vez pronunciadas las palabras de la consagración en la Santa Misa, el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo están realmente presentes sobre el altar, velados y a la vez mostrados por las sagradas especies del pan y vino, pero Cristo no está físicamente allí, está corporalmente. Se trata de una presencia sacramental, no física. El sacerdote coge pan, no una mano. Nadie hubiera podido imaginar a un Dios entregado en alimento a sus criaturas para trasformar en santos a los pecadores. Creamos en la Eucaristía, porque nadie hubiera podido inventarla más que Dios. Tomás de Aquino cayó postrado. Y nosotros, como los pastorcitos de Fátima, rezamos: “Santísima Trinidad, yo te adoro”.

 9 de junio de 2024                                                                                                               

10º Domingo del Tiempo Ordinario                                                                                

“Estos son mi madre y mis hermanos” (Mc 3,20-35)

Que importante es hacer la Voluntad divina para ser de la familia de Cristo. El verdadero síntoma de unión con Dios es si estás haciendo lo que le agrada. La familia comparte genes, los genes que nos unen son los de la obediencia. Para saber si amo a Dios tengo que cuestionarme si estoy haciendo su voluntad: si rezo, con o sin ganas; si trabajo, cansado o descansado, si como y duermo cuando debo y así con todo… Cuando nos apartamos de la voluntad de Dios, se apartan de nosotros las gracias que nos santifican porque son la condición para recibirlas y dar gloria a Dios, así nos lo explican los maestros del espíritu. No te rijas por el sentimiento, rígete por el amor y dale a Dios lo que pide, te cueste o no te cueste.

16 de junio de 2024                                                                                                  

11º Domingo del Tiempo Ordinario                                                                               

“¿Con que compararemos el reino de Dios?” (Mc 4, 26-34)

El reino de Dios se parece a un hombre que echa la semilla en la tierra. El duerme de noche y se levanta de mañana. Ese hombre es Cristo y la semilla, su cuerpo. Durmió de noche un Viernes cuando cayó en tierra y se levantó, de mañana, un Domingo glorioso y soleado. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Tras su resurrección, el árbol de la iglesia va creciendo y dando frutos hasta que llegue su segunda venida, la parusía. Entonces seremos arrancados de este mundo y llevados por Él. Hasta su segunda venida, podemos aplicar esa siega del grano al momento de nuestra muerte cuando somos arrancados de este mundo y llevados con Él. ¿Vives  preparándote para ese momento?

23 de junio de 2024                                                                                                                 

12º Domingo del Tiempo Ordinario                                                                                  

“Silencio, enmudece” (Mc 4, 35-40)

Las olas rompen contra la barca y la llenan de agua, mientras Jesús duerme. Los apóstoles se llenan de miedo. Cuando la tormenta del dolor, del pecado y de la muerte se nos presenta dejándonos inquietos y temblorosos, Jesús parece dormir o no escucharnos. Es entonces que viene la angustia y nos vemos zarandeamos manifestando nuestras quejamos a Dios. Jesús calma la tormenta y les reprende su falta de fe. Y de nuevo se llenan de miedo, aquella demostración de poder les supera. ¿Qué tiene que sucedernos para que abandonemos el miedo? Tener fe y entender que el poder de Dios está de nuestro lado. Llegar a esto, es dormir tranquilo pase lo que pase. Cristo nos ama y tiene pleno poder. Él sabe lo que permite para nuestro bien.

30 de junio de 2024                                                                                              

13º Domingo del Tiempo Ordinario                                                                                         

“¿Quién me ha tocado el manto?”  (Mc 5,21-43)

Nunca busques el milagro por el milagro. Escucha más bien, lo que el milagro quiere decirte. Jesús quiere señalar algo con eso que está haciendo, encierra una enseñanza para nosotros con contenido de vida eterna. Aquí se nos está hablando de una mujer que cura con tocar el manto de Jesús de sus flujos de sangre. Por la sangre se va la vida, está enferma de muerte, como está el hombre después de pecar. El manto de Jesús  bajo el cual nos alberga, es la Iglesia y los sacramentos. Cuando el agua del bautismo toca al niño se recibe vida eterna, cuando las palabras de la absolución alcanzan a un pecador, se queda sano. Muchos están perdiendo la vida porque no se acercan a los sacramentos ni quieren acogerse a la Iglesia.