Este domingo es el DOMUND, un día para recordar a los 177 vallisoletanos en tierra de misión
16 octubre, 2020“‘Aquí estoy, envíame’ es el lema que desde Obras Misionales Pontificias (OMP) se nos ofrece para la próxima jornada del Domund, que celebraremos el próximo domingo 18 de octubre. Una campaña de preparación que decimos va a ser más virtual que nunca, dada la situación que estamos viviendo por el Covid. Una pandemia que también a nuestros misioneros les está haciendo vivir la misión de otra manera.
Vamos a analizar algunos datos de nuestra Diócesis, que nos ayuden a conocer un poco más la realidad misionera, a vivir de forma más responsable el encargo de ir por todo el mundo que Jesús un día hizo a los apóstoles, y a prestar un apoyo mayor a nuestros paisanos, que un día aceptaron la invitación del Señor para dejar su tierra, su casa, su familia y marchar a países de misión. Allí encontraron centenares de familias, de casas dispuestas a la acogida y de territorios que, en muchos casos han acabado haciendo suyos para siempre, porque decidieron no volver a España.
A día de hoy son 177 los vallisoletanos que sabemos que están embarcados en la tarea de la misión. Quedan lejos los números de hace años, en los que hablábamos de más de trescientos. La realidad religiosa en la que nos encontramos afecta no solo a los que estamos aquí, también a los que realizan la misión en otros lugares.
Si hacemos una diferenciación por sexos vemos que están muy equilibrados, hay 87 varones y 90 mujeres. La mayoría de ellos pertenecen a congregaciones religiosas y desarrollan su tarea fundamentalmente en el ámbito de la enseñanza o la sanidad o la pastoral, aunque también hay seglares.
A la hora de ver su distribución por continentes, se lleva la palma el continente americano, sobre todo América del centro y del sur. Mucho ha pesado la lengua, a la hora de hacer la elección del lugar para la misión. No es lo mismo asimilar algunos giros o palabras propias de los lugares hispanos, que zambullirse en una cultura totalmente diferente como puede ser el caso de África o Asia.
Cuando contemplamos el mapa del mundo con las banderitas de nuestros misioneros nos damos cuenta que Venezuela con 19 misioneros y Perú y Chile con 12 son los países con un mayor número de evangelizadores, aunque tenemos presencia en 37 países.
En cuanto a la ayuda misionera vamos a destacar la oración, que no se puede cuantificar con nuestros medios. Los libros de contabilidad están en el cielo y los distintos apuntes los deben gestionar los ángeles. La primera semana del Octubre Misionero es precisamente la semana de la oración. Se nos pide que, tanto a nivel comunitario como a nivel personal, oremos por todos aquellos que han recibido la fe en las comunidades locales, la gran mayoría rurales. Y en consonancia con el lema de este año, se han puesto a disposición del Señor para llevar el evangelio.
Otro tipo de ayuda es la económica. Los misioneros reciben fondos por diversos cauces para esa tarea tan importante que realizan de promoción humana. Van destinados específicamente a ayudarles en todo aquello que va a contribuir a dignificar su vida y ayudarles a vivir mejor. Pero a parte de esa tarea, a la que dedican la mayor parte de su tiempo, el misionero presenta el Evangelio como fuente de promoción transformación social.
Los dineros del Domund son los que ayudan al misionero a realizar esta tarea evangelizadora. Por eso esta jornada pontificia no trabaja presentando proyectos, sino que habla de universalidad. Parte de los ingresos recibidos en la colecta se destinan a los territorios de misión, para el sostenimiento de las iglesias que están comenzando a dar los primeros pasos en situaciones muy difíciles. El resto sirve para atender distintas peticiones, realizadas por los misioneros para dotarse de lo necesario para desarrollar la misión.
El año pasado nuestra diócesis de Valladolid aportó 188.581,61 euros. El resultado fue un poco más bajo que en el 2018 que se recaudaron 195.277,98 euros. Terminamos esta información haciendo una invitación a la generosidad de todos. Es cierto que las cosas no están bien entre nosotros, pero nuestros misioneros seguramente nos pueden decir que en sus países las cosas están peor”