Escuela Universitaria de Magisterio Fray Luis de León celebra el acto de graduación 2013-2017
17 junio, 2017Los alumnos de Magisterio de la Escuela Fray Luis de León han dado por concluidos sus estudios tras el acto de clausura que ha tenido lugar en las instalaciones del centro.
Los maestros son unas personas muy importantes y tienen una labor imprescindible en el desarrollo de los individuos, aspecto destacado por todos los representes de los docentes y alumnos que han intervenido a lo largo del acto de graduación. Además, han recordado la necesidad de la labor humana y la formación continua como pilares fundamentales para ser un buen profesor de las enseñanzas Infantil y Primaria.
La directora de la Escuela Universitaria de Magisterio Fray Luis de León Carmen Madrid de la Fuente, ha destacado la importancia de no cesar en el esfuerzo y en el aprendizaje continuo “Os vais con un bagaje sobre cómo se vive la vida, el sentido, habiendo aprendido una forma de ser y de estar”. Carmen Madrid ha querido resaltar el esfuerzo y la formación continua animando a los ya exalumnos a dar siempre un poco más y mejor, como decía San Ignacio de Loyola, para conseguir ser personas y docentes excelentes y no quedarse en la mediocridad.
La palabra maestro es preciosa, San Agustín decía: maestro, magis más, y ministro de minus. “El maestro acrecienta haciéndose humilde con los niños la dignidad y calidad de sus alumnos, es un ministerio para ayudar a crecer, en la dignidad humana, en los conocimientos”.
La importancia del maestro en la vida de una persona. Don Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de la archidiócesis de Valladolid al igual que la rectora de la Universidad Católica de Ávila, Rosa Sáez Yubero, quisieron reseñar la importancia que había tenido la figura del maestro en su niñez. Don Ricardo Blázquez aludió a su sueño de infancia de ser maestro provocado por la imagen que tenía de don Fidel, el maestro de la escuela en la que estudiaba. “Era un testigo de lo que significa el amor a los niños, dedicación paciente, ilusionada, un hombre de una pieza” definió el cardenal arzobispo animando a los estudiantes que se graduaban para que contribuyan, a su modo, a la misión de la Iglesia, “sed buenos profesionales, rectos, fieles cumplidores de la misión que la Iglesia os confía” les dijo.