Epifanía del Señor. Resplandor para toda la Humanidad

Epifanía del Señor. Resplandor para toda la Humanidad

5 enero, 2018

Un año más volvemos a recordar que, hace 117 años, un Niño-Dios, con su nacimiento en Belén, inaugura una nueva era en la historia de la salvación para toda la humanidad y, un año más, al margen de parafernalias y espumillones, el apóstol San Juan, en el prólogo a su Evangelio, nos vuele a recordar que el Dios-Hombre ha “acampado” entre nosotros.

 

Cristo, mostrándose al mundo, en la paradoja de un Dios, naciendo en un establo, en la más absoluta pobreza, viene a manifestarnos que su reino de gracia y misericordia no se parece en nada a los reinos humanos, porque es un reino de paz.

 

Su Epifanía es el don inagotable de su gracia, la buena noticia de que Dios ha decidido salvar a todos los hombres de cualquier raza y condición. Los Magos (Magoi en griego) se encaminan a Belén, guiados por la estrella desprendidos del boato y lujo de sus palacios, para dejarse interpelar por el verdadero  mesianismo de un Niño, tiritando de frío en su pesebre, pero poniendo su “tienda de campaña” salvadora entre nosotros. Podríamos preguntarnos, ¡qué papel desempeñaron y desempeñan los magos en la adoración del Niño? Podríamos responder que el papel de aquellos que, extraños al judaísmo y a su religión, han interpretado los signos de los tiempos y se han arriesgado también a aceptar al Niño de Belén, como la verdadera luz del mundo. Tengamos también nosotros la audacia de proclamar, sin cobardía, estos signos inequívocos de la Epifanía de Jesús.

José Mariano Pérez Solano

Párroco de Arroyo de la Encomienda