El testimonio de una misionera, a los jóvenes de Valladolid, por Pentecostés: “Te he hecho a ti”

Un accidente de tráfico que le hizo preguntarse por la utilidad de su propia vida con tan solo 18 años, una Jornada Mundial de la Juventud a la que se inscribió para viajar “barato” por Europa sin ser creyente y en la que se sorprendió por el brillo en los ojos de un grupo de misioneros con los que coincidió en el autobús y, sobre todo, un campamento con niños violentados por sus propios padres que le hizo cuestionarse los planes de Dios.

Lo que Maga Tamayo, hoy misionera del Verbum Dei, denomina “susurro” del Espíritu se hizo red por Pentecostés en la Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir de Valladolid durante una vigilia a la que acudieron más de un centenar de jóvenes. Con ellos Maga compartió más que un testimonio, la respuesta que de Dios recibió al preguntarle qué había hecho frente a las injusticias del mundo: “Te he hecho a ti”.

Como Maga y como aquellos misioneros de la JMJ de Polonia en tiempos del Papa Juan Pablo II, los jóvenes de la Archidiócesis oraron, cantaron orando —gracias a la suma de esfuerzos de cinco coros— y tejieron con sus prropias manos para ampliar la red que a lo largo de la historia otros antes que ellos fueron construyendo. ¿Y para qué? Para “reconocer” los dones del Espíritu que cada uno de ellos han recibido y ser conscientes de la necesidad de “compartirlos”, explican desde Pastoral Universitaria.

 Vigilia en la Catedral de Valladolid

En la vigilia por Pentecostés celebrada en la Santa Iglesia Metropolitana Catedral de Valladolid el arzobispo, don Luis Argüello, ahondó en esta idea. “Cuando hablamos de Iglesia naciente”, advirtió en su homilía, “no nos referimos solo al acontecimiento ocurrido hace casi 2.000 años, sino al hecho de que la Iglesia de manera permanente nace y renace en el corazón de los fieles”.