El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, dirige los ejercicios espirituales para sacerdotes en Valladolid
7 julio, 2017El obispo de Ciudad Rodrigo, don Raúl Berzosa, ha dirigido los ejercicios espirituales para sacerdotes que han tenido lugar en el centro de espiritualidad desde el dos de julio y que concluyen hoy.
A través de estos ejercicios espirituales se pretende recordar las claves que marcó en su momento San Ignacio de Loyola. A lo largo de cuatro días enteros, una noche y un medio día se ha trabajado bajo la llave “mirar”. “Mirar al Señor, fijos los ojos en Él y dejarse mirar por Él” ha explicado el obispo de Ciudad Rodrigo.
La figura de San Ignacio de Loyola la señala como un hilo conductor imprescindible, porque su forma de ver la vida y vivirla es extrapolable en el tiempo “si hubiera vivido, hoy, hubiera sido un marketing, es decir, alguien experto en publicidad. Nos hubiera dicho que para que algo tuviera éxito -un anuncio- necesita estas claves, estas palabras: mírame, elígeme, cómprame, anúnciame, idealízate”, ha precisado.
“En estos días, los presbíteros, además de incrementar y fomentar el tiempo de oración personal y una liturgia más cuidada, recapacitan, convierten aquello que haya que convertir y cogen nuevas fuerzas con nuevos proyectos para seguir caminando, pero, siempre, sintiéndose presbíteros, es decir, consagrados, trabajando en una iglesia particular y con más ánimo y compromiso para esta Iglesia de hoy”. Don Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo
Los ejercicios espirituales. Cada día se ha centrado en un concepto de los predicados por San Ignacio de Loyola como eje central para los ejercicios. El primer día ha sido la palabra mírame, para ello, don Raúl Berzosa, ha propuesto la búsqueda de uno mismo y su situación en la vida, su principio y su fundamento, además de reflexionar sobre cómo ve Dios a cada uno como individuo de forma personal, y cómo ve el mundo de hoy y a la Iglesia.
La segunda jornada se ha centrado en la idea elígeme, a través de una reflexión sobre la belleza de la fe y la alegría de creer. Don Raúl Berzosa ha planteado cuestiones fundamentales en torno a las que trabajar “¿Quién es nuestro Dios?, ¿Qué es la fe?, ¿Qué significa, en este caso, la belleza de ser presbítero?”.
Cómprame ha sido el concepto elegido como base del tercer día. En esta ocasión se han querido centrar los ejercicios en el propio mensaje del papa Francisco y la importancia de la conversión personal, institucional y pastoral. La última jornada ha girado en torno al mensaje anúnciame. “Que lo que hayas descubierto de Cristo resucitado, lo anuncies a los demás y sea compromiso para con los más pobres” ha dicho don Raúl Berzosa.
Para finalizar se ha realizado una especie de “brújula” “Diría que el ejercitante tiene que vivir, que su vida es un norte en el que Jesucristo sea su centro, su tesoro. Un encuentro personal, que hables de tú a tú con Jesús. El sur, la conversión permanente, en pequeñas y en grandes cosas. El este, la eclesialidad, el vivir el cristianismo en comunidad, porque nadie puede ser cristiano en solitario. Y el oeste, el convertirse en evangelizador” ha precisado el obispo de Ciudad Rodrigo.