El arzobispo de Valladolid inicia la visita pastoral a los colegios
15 noviembre, 2023Roberto Tabarés, delegado de Enseñanza
Como iniciativa pastoral y obediencia al encargo explícito del papa Francisco, el arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello, se ha propuesto visitar los colegios canónicos de Valladolid en los próximos meses.
El Colegio del Sagrado Corazón, ha sido el primero, después el colegio del San José, Nª Sª del Carmen, el Reinado… y así hasta más de cuarenta centros entre concertados y privados.
Los colegios canónicos son el único lugar donde la gran mayoría los alumnos reciben el mensaje cristiano, gracias a un equipo de pastoral que dinamiza la identidad católica propia de cada escuela de manera trasversal y no como otra carpeta más, dentro de la programación.
En la mayoría de los centros escolares los religiosos han pasado el testigo de la organización a los seglares. Reconocen, por un lado, que están mejor preparados, pero, por otro lado, están preocupados por contagiar su carisma a los encargados del equipo directivo. Es importante que dentro del claustro haya un grupo de profesores implicados y confesantes, así como, familias y alumnos, en el entorno de la comunidad educativa.
Monseñor Argüello ha trasmitido el mensaje del Papa a los colegios subrayando la importancia de la dimensión vocacional en la educación, cultivando virtudes como la obediencia y la escucha. Pues la libertad, según sus palabras, no es un fin en sí misma, sino un instrumento para responder a esa llamada al Amor y al servicio en la sociedad.
Los colegios deben organizar su vida académica y formativa contando con la existencia de Dios. Consecuencia de esto, es la apuesta por una antropológica adecuada: el significado de la vida, su proyección de eternidad, iluminando el “bien amar” y el “buen hacer”.
Benedicto XVI ya nos avisó de está emergencia educativa, no solo por el alumno escaso, sino también, por el desplome de la cristiandad en occidente. Este desafío, según nuestro obispo, debe motivarnos pues es una oportunidad para ser pioneros e innovar.
Los colegios presentan al arzobispo las acciones que concretan su ideario cristiano: oraciones, sesiones de interioridad, celebraciones eucarísticas y penitenciales, educación afectiva y sexual impartida por el COF, acompañamiento, grupos de convivencia y tiempo libre, de reflexión con alumnos y profesores, semanas vocacionales, campañas a favor de los más necesitados, voluntariado, etc…
Si todo esto, es admirablemente bueno, nos preguntamos: ¿por qué parece que tiene tan poca incidencia en la vida de la iglesia y en la sociedad? ¿Por qué surgen tan pocas vocaciones al matrimonio cristiano, a la vida religiosa, al sacerdocio?
Tal vez como apunta el papa Francisco en el Pacto Educativo Global, el Amor recibido en el encuentro con el Resucitado, nos impulsará a establecer vínculos y alianzas: entre la comunidad educativa, parroquia y familia, entre los valores aprendidos en la escuela y la oferta de ocio-tiempo libre, entre mi promoción como persona y la vocación al servicio del bien común de mi “pueblo”. Nuestro arzobispo anima, en estas visitas, al planteamiento misionero y trasversal de la actividad pastoral en la educación, con esperanza y alegría.