27-11-2018__ Se ha presentado en el Archivo Municipal de Valladolid, la exposición “Ego comes Petrus. Pedro Ansúrez, caballero leal, 1118-2018”, una muestra organizada en el marco de las actividades que ha puesto en marcha el Ayuntamiento para conmemorar el IX Centenario de la muerte de Pedro Ansúrez. Esta exposición, organizada conjuntamente con la Catedral de Valladolid (Archivo Diocesano y Catedralicio), se centra en el estudio de la figura del conde y de la época en la que vivió a la luz de la información que aportan los documentos que se conservan en los archivos que existen en algunos de los escenarios en los que transcurrió su vida.
La muestra cuenta con 27 piezas, principalmente documentos y libros -algunos originales y otros facsímiles-, y por 17 dibujos del vallisoletano Miguel Díez Lasangre. Estas piezas se distribuyen en seis capítulos a través de los cuales se puede seguir la vida de Ansúrez desde su nacimiento hasta su muerte y, más allá de esta, en la creación de su leyenda.
El recorrido comienza con un estudio de sus orígenes familiares, en el que están presentes piezas que evocan a la estirpe de Ansúrez, los Banu-Gómez, condes de Carrión y de Saldaña. Se detiene, a continuación, en el importante papel que desempeñó Ansúrez como gran magnate en la corte de Alfonso VI, el conquistador de Toledo, del que fue consejero principal y gran caudillo militar. El papel de Ansúrez como señor de Valladolid y fundador de la iglesia de Santa María, la futura catedral, está también presente en la exposición a través del importante conjunto de documentos procedentes del archivo de la catedral vallisoletana.
El cuarto capítulo de la exposición habla del papel que desempeñó Ansúrez como conde de Urgel en nombre de su nieto Armengol VI, tiempo en el que se sitúa una de sus grandes logros militares: la conquista de Balaguer. Por último, la exposición analiza los últimos años de su vida, al servicio de la reina Urraca, de la que también fue gran consejero, para finalizar con una mirada sobre la forma en la que la historia y la memoria han tratado al personaje.
Gracias a estos documentos, los historiadores han podido reconstruir la vida de una figura fascinante, contemporánea de Rodrigo Díaz de Vivar y del célebre Obispo Gelmírez de Santiago de Compostela, que es mucho más que el “fundador de Valladolid”.
La intensa vida de Ansúrez transcurrió a caballo entre los distintos reinos, cristianos y musulmanes que coexistían en la península en el siglo XI. Fue consejero principal y gran caudillo militar del rey Alfonso VI de León y de Castilla, actuando en su nombre ante las taifas de Al-Ándalus. Gobernó el condado de Urgel en nombre de su nieto Armengol VI, y a su regreso a tierras leonesas, volvió a su antiguo lugar de privilegio en la corte, esta vez al lado de la reina Urraca.
Ansúrez personifica, mejor que cualquier otra figura, la España del tránsito de los siglos XI al XII, en la que se producen importantísimos cambios políticos, religiosos y culturales: la intensificación del avance cristiano hacia el sur, la llegada de las importantes reformas cluniacense y gregoriana, que habrían de cambiar la espiritualidad, la música y la cultura de los reinos cristianos españoles, y la irrupción de nuevas corrientes artísticas como el arte románico.
Fundador de Valladolid
Pero sin duda, Ansúrez ha pasado a la historia como el fundador de Valladolid. Independientemente de la existencia de la villa previa a su llegada, hoy unánimemente reconocida, lo cierto es que Valladolid pasa de la mano del conde de ser una más de las muchas aldeas que había en el alfoz de Cabezón (junto con Simancas, el gran núcleo del bajo Pisuerga), a experimentar un despegue espectacular que la convertirá, ya en el siglo XII, en una de las principales villas de Castilla.
Con Ansúrez aparecen los primeros testimonios escritos sobre nuestra ciudad, materializados en el conjunto de 8 documentos que atesora el archivo de la catedral de Valladolid y que se pueden admirar en la muestra. En ellos está contenida no solo la información más antigua que conservamos sobre la villa de Valladolid, sino que constituyen en esencia, también, los únicos testimonios materiales que tenemos en nuestra ciudad junto con un fragmento de la torre de la iglesia que mandó construir, que aún puede verse en las ruinas de nuestra colegiata.
Miguel Díez Lasangre
Junto con estos documentos, el otro plato fuerte de la exposición son los expresivos dibujos del vallisoletano Miguel Díez Lasangre -Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca-. En un principio se dedicó al cine de animación, realizando spots y piezas cortas con las que ganó premios en festivales internacionales como el World Film Festival de Montreal, y nacionales como el premio “Versión Española” de TVE, así como una nominación a los Premios Goya. Gracias su trabajo en este campo fue admitido como miembro de la Academia de las Artes Cinematográficas de España en 2001. Con el paso del tiempo ha trabajado en otras disciplinas artísticas afines como el cómic y la ilustración. Su último trabajo como ilustrador, publicado recientemente en 2018, es el álbum infantil “Las Tortugas Nunca Duermen” de Ediciones Ekaré.