Don Ricardo Blázquez preside la profesión solemne de una religiosa clarisa en Las Isabeles
26 agosto, 2017La iglesia del monasterio de Santa Isabel de Hungría (hermanas franciscanas Clarisas) se quedó pequeña para acoger a los fieles que asistieron a la celebración de la profesión perpetua de sor Rosa María de Jesús, presidida por el cardenal arzobispo de Valladolid, don Ricardo Blázquez, en presencia de numerosos sacerdotes, diáconos y monjas de distintas congregaciones. La hermana, de 27 años y nacionalidad Filipinas, accedió a la procesión solemne tras ocho años de formación en Las Isabeles, tal y como explicó tras la ceremonia la abadesa, María Isabel de la Trinidad.
Sor Rosa María, muy emocionada, pronunció la fórmula de su profesión perpetua ante la Iglesia, con las manos juntas entre las de su abadesa, quien a continuación le colocó el anillo que simboliza que la hermana “es ya esposa de Cristo, al cual seguirá todos los días de su vida, con amor y entrega absoluta al esposo, al cual se ha consagrado”. Dentro del ritual de Santa Clara de Inocencio IV, se le impuso también la corona de espinas “para ser coronada con Cristo para toda la Eternidad”.
Momentos antes, en su cariñosa homilía, nuestro arzobispo recordó a la neoprofesa que se convertía en esposa del Señor, al que decía expresamente: “Deseo que Tú guíes mi vida”. “No solo prometes ser miembro de esta comunidad con disciplina, obediencia… La profesión religiosa -le dijo don Ricardo- no se reduce a una relación de orden disciplinario o canónico. El secreto de una vocación está en la relación con el Señor. Sin ella, los presbíteros, los religiosos… estaríamos desfundamentados”
Una vez finalizada la Eucaristía, la mayoría de los asistentes, entre los que se encontraban varios familiares de la joven, acudieron al interior del monasterio, donde, además de participar en un refrigerio franciscano, saludaron y felicitaron a la nueva hermana y “le prometieron el tenerla siempre muy presente en sus oraciones para que, en esta nueva etapa como responsable hija de santa Clara, sirva de ejemplo y estímulo para todos”.
La Orden de las hermanas pobres de Santa Clara, O.S.C. (Ordo Sanctae Clarae), también conocida por Hermanas Clarisas pobres, Clarisas descalzas o Clarisas, es uno de los institutos religiosos que forman la Segunda orden de San Francisco. Sus inicios se encuentran en la ermita de San Damián, donde vivieron santa Clara de Asís y sus hermanas, dedicadas a la oración, al trabajo manual y la asistencia a los pobres. En la actualidad hay más de 22.000 clarisas repartidas en los cinco continentes.
La comunidad vallisoletana de Santa Isabel está compuesta de 14 hermanas, entre profesas, novicias y postulantes, aunque también hay hermanas Clarisas en los monasterios de las Descalzas Reales y Santa Clara, de la capital, además de en Cigales, Medina de Rioseco, Medina del Campo, Villafrechós y Tordesillas, en la provincia.