Don Ricardo anima a las parroquias a disfrutar y aprender con el ‘Libro de los santos’ de J. Burrieza
15 diciembre, 2020El cardenal arzobispo de Valladolid, don Ricardo Blázquez, y el autor, Javier Burrieza, presentaron ayer lunes en el Santísimo Salvador el ‘Libro de los santos de Valladolid’ un interesante recorrido por los santos y beatos que nacieron o moraron en tierras vallisoletanas. Nuestro cardenal animó a leer la publicación. “Me gustaría -dijo- que este libro estuviera en las parroquias, por lo menos en aquellas de los santos y beatos de los que la publicación hace memoria”.
La revista “Iglesia en Valladolid (IEV)” ha ido asistiendo al nacimiento progresivo de la nueva obra del profesor de Historia de la UVA y colaborador nuestro Javier Burrieza Sánchez, “Libro de los santos de Valladolid”, a través de la sección Bienaventurados, que ha tenido una duración de nueve años. El libro, editado por Maxtor, reúne todo este material y mucho más, porque en artículos como los de nuestra revista, no había lugar a las notas de las fuentes históricas y bibliográficas y, sin embargo, en las casi quinientas páginas de esta obra, figuran cerca de ochocientas notas que la convierten en una monografía rigurosa pero amena y puesta al día. Se lo ha repetido en numerosas ocasiones el autor a sí mismo: no quería que la obra naciese “anticuada” y no faltan aquellos que protagonizan o podrán protagonizar los próximos procesos de santificación. En estas páginas se reúnen más de un centenar de trayectorias vitales en tres grupos diferentes. Por una parte los nacidos en Valladolid; por otra parte los que vivieron y moraron en esta provincia de encrucijada, y aquellos que protagonizan los procesos de santificación desde nuestra diócesis, algunos con varios siglos de trayectoria.
Al primer grupo pertenecen los seis santos y los veintiocho beatos que nacieron en el actual territorio de la provincia y diócesis de Valladolid, coincidentes ahora casi en su totalidad, aunque hasta 1955 entraban en el territorio provincial de Valladolid las diócesis de Palencia (Medina de Rioseco por ejemplo), León (Mayorga) o Ávila (Olmedo). De todos ellos, solamente una es mujer, sor Carlota de la Visitación, de las franciscanas de los Sagrados Corazones, nacida en Nava del Rey.
Muy diversos son los santos y beatos que moraron en Valladolid, desde los más legendarios de san Mancio (con su localidad en Tierra de Campos de Villanueva de San Mancio) o los compañeros de san Francisco y san Bernardo, vinculados con los conventos de Valladolid de la Plaza Mayor y el monasterio de la Santa Espina, respectivamente; las predicaciones de san Vicente Ferrer; los santos del Siglo de Oro (Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Francisco de Borja, Juan de la Cruz, Pedro de Fabro, Ana de San Bartolomé o Juan Bautista de la Concepción entre otros), sin olvidar a los santos de la nueva sociedad burguesa con el paso por Valladolid de san Antonio María Claret como confesor de Isabel II o santa Cándida de Jesús con sus “jesuitinas”; hasta los mártires lasalianos de Turón, profesores del Colegio de Lourdes o los más recientes, entre los que se encuentran los 61 viajes de san Josemaría Escrivá de Balaguer a la ciudad, en los años de establecimiento del Opus Dei.
Una tercera parte del libro son los procesos de santificación de aquellos que, siendo o no vallisoletanos, se han desarrollado en esta diócesis. Ejemplo de todo ello, en su variedad, es la reina de Castilla Isabel La Católica –fallecida en Medina del Campo en 1504–, Luis de La Puente y Marina de Escobar (en el ámbito de la Compañía de Jesús en el siglo XVII), el hermano Antonio Alonso Bermejo (el “santo” no canonizado en Nava del Rey) o las más recientes hermanas Teresa y Encarnita Ortega Pardo (monja dominica y numeraria del Opus Dei, respectivamente). Cierran esta serie, aquellos que están esperando el último “nihil obstat” de Roma para la introducción de la Causa como el carmelita seglar Víctor Rodríguez o el dominico José Luis Gago.
Este libro, prologado por el cardenal arzobispo de Valladolid, don Ricardo Blázquez, es un recorrido profundo no solo por las vidas particulares de cada uno de ellos sino por la historia de la Iglesia de España y de Valladolid, pues los escenarios de sus vidas y la variedad de las decisiones de sus actos asombrarán al lector que gusta saber de lo más cercano –lo vallisoletano– y su proyección