Don Luis Argüello celebra las Vísperas Solemnes del Sagrado Corazón de Jesús
22 junio, 2017Don Luis Argüello, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Valladolid, ha oficiado la Eucaristía del octavo día del Novenario en honor al Sagrado Corazón de Jesús y ha celebrado las Vísperas Solemnes en la Basílica Nacional de la Gran Promesa.
En una fecha tan señalada para los creyentes vallisoletanos el obispo auxiliar ha querido hacer un breve repaso por el significado de las palabras que entonamos al cielo cuando rezamos. “Padre”, te llamamos como niños pequeños llenos de confianza. “Que venga a nosotros tu reino”, decimos siendo conscientes de que todavía no ha sido acogido por todos los hombres, y seguimos rezando “ven Señor, ven pronto” para ser peregrinos de esperanza, que se haga Padre tu voluntad. “Estos gemidos de tu corazón”, ha precisado, son los provocados por el Espíritu Santo para que sigamos caminando en esperanza.
La salvación la empezamos a experimentar cuando brota en nuestro corazón la esperanza. Señor, convócanos a la fe para que te descubramos presente en la Eucaristía, y para que acreciéndose nuestra fe sea el punto de apoyo de la esperanza y podamos hacer este recorrido histórico, cada uno en su momento y circunstancia, con el ejercicio de la vocación al el que cada uno de nosotros hemos sido llamados.
Preparación para seguir al Corazón de Jesús en el Camino de la vida. Don Luis Argüello ha reflexionado, durante las Vísperas Solemnes, sobre la relevancia de centrarnos en el camino de la vida en el que seguimos al Corazón de Jesús y no en aquel marcado por el ego y la búsqueda de gloria. “Cuando ponemos expectativas banas en proyectos hechos a medida para nosotros nos visitan el desencanto y la desilusión”, ha afirmado. Debemos poner esperanza en aquellos que nos escuchan y con quienes realizamos el camino de Jesús. Y ha explicado que es el Corazón de Jesús la salvación de quienes esperan, de quienes siguen un camino guiados por Dios, que “como padre va detrás para llevarnos a hombros cuando estemos cansados, heridos o hayamos dejado de caminar”.
Además, ha querido recordar que no nos deben desanimar las manchas de nuestro corazón, sino que tenemos la suerte de ser salvados por la fe que el Corazón de Jesús aviva en nuestro interior para que nuestra esperanza tenga un punto de apoyo y se manifieste en la caridad del amor del Señor.
Don Luis Argüello ha concluido la celebración manifestando que la humanidad está acompañada y no es huérfana porque el Corazón de Jesús nos ha mostrado el amor de nuestro Padre.