25.diciembre.2018__
Como es tradicional, don Ricardo presidió la Misa del Gallo (Eucaristía nocturna introducida por el papa Sixto III en el siglo V, con la que se recibe al día de Navidad como la conmemoración del nacimiento de Jesús) en la Catedral y, al día siguiente, también en la Santa Iglesia, la Eucaristía de la Natividad del Señor. Estuvo acompañado de un nutrido grupo de sacerdotes, encabezados por José Andrés Cabrerizo, deán, que ofreció en adoración al Niño Jesús al propio arzobispo y a los fieles congregados en la seo. Durante su homilía, don Ricardo recordó que la Navidad significa que Dios ha entablado un diálogo de salvación con nosotros, los hombres y que, por ese motivo, debemos felicitarnos. “No le somos indiferentes, le hablamos con confianza de hijos porque Él nos ha tratado como tales y nosotros le vemos a Él como un padre. Y eso es la Navidad”, afirmó.
Unas horas antes de la Eucaristía de la Nochebuena y acompañado por el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, entre otras autoridades, don Ricardo aprovechó para felicitar la Navidad a los ancianos de la residencia de la Casa de Beneficencia (en el Camino del Cementerio) y a los de la de Nuestra Señora del Carmen. En la primera, antes de bendecir la cena, tuvo la oportunidad de asistir a la representación del misterio del Nacimiento del Niño, que escenificaron una veintena de alumnos del colegio de La Milagrosa, a los que su pastor explicó el sentido de la obrilla teatral, les recordó el mensaje del ángel y les animó a no dejar que su corazón se endurezca tanto que se muestre incapaz de abrazar a los demás. La asociación Casa de Beneficencia se fundó en 1818 como asilo de caridad y con el propósito de atender a los mayores más necesitados, una labor que sigue desarrollando dos siglos después -y que complementa con la formativa en el colegio de La Milagrosa, con más de tres centenares de alumnos-, gracias a la colaboración de un grupo de voluntarios y, sobre todo, a la entrega de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y a su empeño de atender con cariño y dedicación a los mayores.
Tras visitar la residencia de la Casa de Beneficencia, nuestro arzobispo se desplazó hasta Nuestra Señora del Carmen, en la que presta sus servicios la comunidad de Franciscana de los Sagrados Corazones, donde bendijo la cena de los residentes. La visita la realizó en compañía de varios representantes municipales y de los integrantes de las asociaciones que colaboran en ambos centros asistenciales.
El miércoles, 26 de diciembre, volvió a ser el día elegido por don Ricardo y su obispo auxiliar, don Luis Argüello, para compartir un café navideño con los sacerdotes y diáconos de la Diócesis. Alrededor de medio centenar se reunieron en el hogar sacerdotal, atendido por las Discípulas de Jesús, para confraternizar.