Celebración de la Misa votiva de San Fernando por los 800 años de su coronación
1 julio, 2017El cardenal arzobispo don Ricardo Blázquez ha presidido la Eucaristía en la Santa Iglesia Catedral de Valladolid con motivo de la celebración de San Fernando por los 800 años de su coronación.
Fernando III el Santo tuvo una unión especial con la ciudad de Valladolid. En el año 1217 don Fernando III fue proclamado rey de Castilla posteriormente, tras la unificación de ambos reinos, lo sería también de León.
Don Ricardo Blázquez durante la homilía ha querido recordar el carácter espiritual y cristiano de la celebración, aunque por la labor desempeñada por Fernando III también pudieran existir otro tipo de actos de índole institucional. Ha destacado el valor del monarca a la hora de trabajar por liberar zonas de España en las que los cristianos fueron perseguidos, y ha querido recordar la responsabilidad que tienen con la sociedad aquellas personas que asumen un cargo público, como en su día lo asumió el rey Fernando.
Tenemos derecho a vivir, a pensar y a difundir la fe cristiana. No tenemos derecho a afrentar a nadie por su postura en la vida, pero tenemos derecho a que se nos trate como a todos, sin privilegios pero sin ser discriminados.
La historia de Fernando III el Santo. La muerte de su tío el rey niño don Enrique I y las dificultades que por ser mujer tenía su hermana doña Berenguela (madre de Fernando) hicieron que proclamada ella reina de Castilla, cediese la corona a su hijo para evitar las injerencias de su esposo el rey Alfonso IX de León del que estaba separada de hecho.
Las circunstancias hicieron que la entonces pequeña villa del Esgueva (habían pasado poco más de cien años de su repoblación por el Conde Ansúrez) se convirtiera en el lugar elegido para la proclamación y coronación de ambos, en los arrabales de la villa, en la entonces Plaza del Mercado, hoy Plaza Mayor.
En la Catedral vallisoletana fue fundada en 1585 por Juan de Santisteban la Capilla de San Fernando aunque no se materializó hasta casi noventa años después por la lentitud de las obras. En su interior, se halla un retablo salomónico de 1680, obra de Pedro de Cea, junto con una escultura de San Fernando tallada por Alonso de Rozas.
Fernando III el Santo, siempre tuvo una vinculación con la religión. De hecho entre las personas de su confianza se encontraba el entonces Arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Por su parte, el Papa Gregorio Nono lo llamó «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
Fue beatificado por Alejandro VII en 1655 y el Papa Clemente X lo canoniza el 4 de febrero de 1671, siendo el segundo rey español elevado a la santidad.