La delegación diocesana de Familia y Vida convocó con la Asociación “Evangelium Vitae” la IV edición de la “Vigilia de Acción de Gracias por la Vida” en la Fiesta de la Visitación, con especial bendición a los mayores, en la S. I. Catedral de Valladolid.
El delegado de Familia y Vida, Fernando García, presidió la eucaristía y transmitió un mensaje de celebración y esperanza. “El problema no es la cruz, el sufrimiento, lo importante es la actitud de fe que ponemos en todas las situaciones que nos toca vivir”.
La ancianidad venerable no es la de muchos de vida ni se mide por el número de años, la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad proyecta una vida inmaculada. Libro de la sabiduría
Tres mensajes principales para la vida como cristianos. A lo largo de la homilía se explicaron tres líneas generales de respeto a la vida desde sus comienzos hasta la ancianidad. La vida tiene valor desde su comienzo. Cuando una mujer y un hombre reciben la vida en su seno reciben la prolongación de dios en su vida, es la imagen de dios es el deseo de dios que nos encarga cuidarla.
Dios no impone, respeta la libertad de la persona promete y pregunta si puede entrar, esa conversión conlleva una descentralización de la percepción vital. Dejamos el Ego a un lado para centrarnos en los demás. Debemos Pedirle al señor que nos conceda una nueva mirada para pensar no en nosotros sino en el bien que podemos hacer a los demás.
Por último, quiso destacar la importancia de los mayores. Nuestro mundo no genera vida porque ha perdido la memoria, quien no tiene pasado no puede vivir el presente o pensar en el futuro. La memoria se hace viva en nuestros mayores que nos regalan con su presencia y su testimonio, como tenemos que vivir el presente. El problema es que el mayor muchas veces estorba incomoda, esto es triste, y como creyentes debemos de luchar para que la memoria de nuestros mayores esté muy presente.