21-4-2018__ Por Soledad Losada, Pastoral Universitaria de Valladolid
El Reino de los cielos se parece a un tesoro que encontró una persona en un campo; por la alegría que le dio, compró aquel campo.
Hace más de cuatro años, tuve la suerte de conocer a Ingrid en la Facultad de Medicina. Ella empezó a participar en un grupo de voluntariado con nosotras (Pastoral Universitaria Diocesana, aun en germen). Muy pronto, esta imagen del tesoro escondido en un campo se me hizo patente en su vida. Me sorprendía su dedicación y atención delicada a los ancianos y necesitados; la claridad del porqué hacia Medicina y el tesón y sacrificio que ponía para ello. Cuanto más la conocía, mas veía, la perla de gran valor que se había forjado a lo largo de la vida en su interior. Me encantaba escucharla decir que desde niña buscaba momentos y lugares para interiorizar y que después de esos ratos sentía paz. Me asombraba su capacidad de perdón y su extrañeza de que alguien devolviera mal por mal… Fui descalzándome ante la tierra sagrada que era su vida y el tesoro que era y tenía.
El proceso de su catecumenado ha sido ayudarla a poner nombre a ese tesoro. Qué alegría para ella, para mí y para los que hemos estado cerca, cuando a Aquel que la estimaba, valoraba y había deseado su existencia, le podía llamar Dios y Padre; que alegría cuando a su genuina capacidad de amar podía llamarle Evangelio y descubrir que era Jesús el que la había ayudado y dado fortaleza para poder vivir las situaciones difíciles.
Y el Espíritu Santo ¿dónde estaba en todo este camino? Yo le decía: Él es el que más claramente se dibuja en tu camino de vida, es el que te ha acompañado y conducido en todo este proceso hasta el día de hoy.
Bautizarse en aquel, a quien ha puesto nombre (en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu). Ingrid, tú tienes la alegría de haber encontrado el tesoro de la fe y la comunidad cristiana tenemos en ti el tesoro que Dios nos regala: tu vida habitada por el Amor
Además de administrar el Bautismo a Ingrid Asuar, el sábado, 22 de abril, en la capilla del Cristo de la Luz de la Uva, nuestro obispo auxiliar, don Luis Argüello administró la Confirmación a la propia Ingrid y a Luis Colom Rosety y César Andrés Cabrera.