La directora de la Oficina del Peregrino hace balance “positivo y entusiasta” en el ecuador de esta celebración · Cada vez son más los visitantes que comparan la revelación del Padre Hoyos a otras devociones como Fátima o Lourdes
Aunque muchas son las personas que visitan Valladolid atraídas por este “Tesoro Escondido” que se desveló aquí hace casi 300 años, hemos de decir que desde la inauguración del Año Jubilar del Sagrado Corazón en junio de 2023 estos se han multiplicado las visitas e incluso el paso por la ciudad está reforzando la devoción al Sagrado Corazón.
Los grupos que se han registrado en la Oficina del Jubileo ya sobrepasan los 60. La directora de la Oficina del Jubileo, María Magnolia Felipe Gil, confirma estas cifras al tiempo que explica que les consta que “muchos son también aquellos que se presentan en la Catedral o el Santuario sin registrarse o pasar por la citada oficina para realizar su jubileo y ganar su indulgencia plenaria”.
Desde septiembre hasta ahora, explica esta responsable, raro es el fin de semana en el que no hay uno sino hasta cinco grupos que vienen a participar ya sea en la Seo Metropolitana o en el Santuario de la Gran Promesa. “A los peregrinos, siempre les proponemos descubrir la gracia del lugar y profundizar en la belleza del misterio de lo que vivió el Beato Bernardo F. de Hoyos en su descubrimiento del Tesoro Escondido, “El Corazón de Cristo”, determina María Magnolia Felipe Gil al explicar también su experiencia en que son muchos los que acaban diciendo “¿Y esto lo tenemos aquí y lo desconocíamos?” O… “¡Cuánta gente ignora la existencia de este lugar cuya revelación fue más grande que la de Lourdes o Fátima… porque aquí se apareció el mismo Señor!”. Y muchos de aquí también lo desconocía, incide la directora: “Otros dicen toda la vida viviendo en Valladolid y no sabía que existiera este sitio con este tesoro espiritual tan grande”.
Las parroquias vallisoletanas y los movimientos diocesanos también están cada vez más presentes participando en muchos casos con público de todas las edades, aunque algunas han llegado a traer incluso a sus grupos de jóvenes de confirmación. No podemos olvidar la visita de 3 de los seminarios españoles: el propio de Valladolid, de Zamora y del Cerro de los Ángeles.
Por otro lado, han sido diversas las realidades que realizan su jubileo por sector en cualquiera de los dos lugares jubilares, o tantos visitantes de América Latina que poco a poco van descubriendo y encariñándose con este lugar tan suyo; como esa parejita venida desde México e invitada por amigos vallisoletanos que salieron del lugar diciendo: “hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para que todo México conozca este lugar donde Jesús dejó un mensaje también para nosotros”. Pero aún quedan meses para seguir acogiendo y recibiendo a los que quieran acudir, invitó Magnolia.
Y precisamente con los jóvenes se trabajan unidades didácticas para Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato para poder invitar a los colegios de la Diócesis a participar en este año jubilar siendo numerosos los que ya han asistido a uno u otro de los lugares jubilares. Es más, el icono peregrino de Bernardo de Hoyos que se ha hecho para los centros educativos está visitando a los niños y jóvenes con mucho éxito dándose a conocer e invitándoles a descubrirle en los lugares donde vivió su historia más especial.
Uno de los momentos más entrañables vividos en las últimas semanas y recordado con gran cariño es una visita que recibieron de manera casi improvisada del grupo de peregrinos llegados desde Filipinas. Nos avisaron el viernes, diciéndonos que el lunes querían celebrar su misa jubilar, les acogimos y les hicimos la presentación en inglés, pero desde que llegaron, todos preguntaban por su patrona, Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje de Antípolo, que tiene una capilla en el Santuario. “Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que traían un gran paquete para Nuestra Señora. Les pasamos a su capilla y allí hicieron entrega de este regalo al rector del Santuario, D. Jesús Fernández Lubiano: Las 4 piezas que componen el vestido y capa de la Virgen, una hermosura artesanal, con sus pedrerías y bordados. La Virgen, que mora en este santuario desde el año 1951 recordando que Filipinas, juntos con todos los países de América Latina y la actual España, son destinatarios de esa Gran Promesa.