20-2-2018__ Esos lugares y esas situaciones donde se vive en conflicto, en lo desconocido, en la desesperanza son espacios de frontera. Lugares a los que está llamada la Compañía de Jesús y los creyentes a llevar la fe del evangelio. Benedicto XVI hace 10 años invitaba a los jesuitas en la Congregación General 35 a acudir a esas fronteras. La Semana de Teología del Instituto de Fe y Desarrollo, Anunciar la fe en las fronteras, guía en ese camino. Primero, iluminando los desafíos fronterizos y segundo, compartiendo dos testimonios de vida, el del miércoles en la frontera de la evangelización en China del jesuita Ignacio Ramos, Tachi, y el del jueves sobre la frontera de la injusticia, de David Saiz Caramero y Loumkoua Soulong, que viajaron juntos en bicicleta desde Ceuta hasta Bruselas.
Muchos desafíos para los cristianos. José Luis Vázquez se refirió a cinco fronteras, por acotar el gran número de retos para los creyentes: de la increencia, de las otras maneras de creer, de la injusticia global, de las cuestiones éticas y de la frontera interior de la reforma de la iglesia. Su charla coincidía con el Día Mundial de la Justicia Social. Unas palabras de reconocer el esfuerzo eclesial por situarse en esa frontera, desde la doctrina social hasta la primera línea en la atención de los desfavorecidos y el acompañamiento a pie de calle. “Queda un espacio intermedio donde se podría hacer más. Es el de ganar incidencia social y participación de personas conocimiento para ir cambiando la estructura social hacia una estructura más justa y humana”.
Para Vázquez, la frontera de los que creen de otro modo va cobrando más visibilidad en Valladolid. Una realidad cotidiana que va provocando nuevos retos de convivencia, respeto mutuo, colaboración en distintos ámbitos e incluso compartiendo la espiritualidad.
