Los jóvenes de Pastoral Juvenil dieron la noche del sábado la bienvenida al Adviento con una bellísima vigilia en el Seminario de Valladolid animada por los feligreses de la parroquia de Cabezón de Pisuerga y presidida por nuestro arzobispo, don Luis Argüello.
El Adviento es el período de preparación para celebrar la Navidad y comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además se encuentra en el inicio del Año Litúrgico católico. Este año 2022, comenzó el pasado domingo, 27 de noviembre.
El Adviento, en los tiempos que vivimos, se hace especialmente imprescindible porque es un momento de espera y esperanza, de reflexión y de conversión, de cambio de actitudes y de vida nueva.
La esperanza cristiana y nuestro cambio de actitudes, la conversión, debe manifestarse en el día a día. El Adviento es un tiempo privilegiado para empezar a cambiar. Muchas veces estamos tan enfrascados en el día a día, con tan poco tiempo para los demás e incluso para nosotros mismos, que no damos el espacio necesario a la reflexión, a la oración, a hablar con Dios de lo que nos sucede o deseamos. Y como la oración es inseparable de las buenas obras: es tiempo de cumplir las promesas. De actuar.
Dios nos visita y este encuentro debe ser verdadero. Los cristianos esperamos su venida y Él espera nuestra respuesta.
Dios quiere instalarse en nuestras vidas y para ello debemos dejarle entrar. Igual que estrenamos ropa y nos ponemos las mejores galas para ir a una fiesta, el Adviento nos invita no solo a cambiar por fuera sino también por dentro. La fiesta, la venida del Señor, está próxima. Dios se hace hombre para salvarnos.
Detengámonos por un momento para poder sentir su presencia. Las prisas, el trabajo, los hijos, los quehaceres cotidianos nos dejan tiempo para contemplar que el Señor está presente.
Por ello, en este tiempo es necesario estar atentos y vestirnos de Amor, esperanza y caridad. El Adviento es una oportunidad para dar lo mejor que tenemos. Viene a estar con nosotros un Dios de encuentro.
Este tiempo fuerte de Adviento invita a recorrer un camino hacia la verdadera alegría. “Adviento” es una palabra que viene del latín y significa “venida”. ¡Viene el Señor!” . Y su venida nos cambia y nos lleva a una vida nueva.
Sin embargo, vivimos en un mundo donde a nadie le gusta esperar. Donde todo es instantáneo. Donde queremos respuestas al instante. Donde evitamos una espera, que desespera.
Pero, casi todo lo que merece la pena, va precedido de una espera. Porque sin espera no hay esperanza.