Los scouts católicos iluminan desde Valladolid la Navidad de toda España con la luz de Belén: “Portadores de paz”

Los scouts católicos iluminan desde Valladolid la Navidad de toda España con la luz de Belén: “Portadores de paz”

15 diciembre, 2024

“¡Es la luz!”. No podía contener la emoción un joven ‘scout’ católico que, como tantos otros, se ha levantado con curiosidad de su banco cuando pasadas las cuatro de la tarde se han abierto de par en par las puertas de una abarrotada Iglesia de San Pablo, en Valladolid, para recibir la conocida como Luz de la Paz de Belén, una vez escuchado ya el Evangelio correspondiente a este tercer domingo de Adviento, conocido como “de gaudete“.

La alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús ha contagiado al céntrico templo vallisoletano en el preciso instante en que esa luz, traída en el interior de urna de madera directamente desde Viena, ha enfilado el pasillo central de la Iglesia mientras el Grupo Magis, el coro del Colegio San José, entonaba una versión de la espiritual ‘Hallelujah’.

La luz que desde hoy, y gracias al Movimiento Scout Católico, iluminará desde la Archidiócesis de Valladolid la Navidad de todas las diócesis españolas ha viajado durante horas en furgoneta, custodiada por seis miembros de Scouts Castilla y León, que la recogieron en la capital de Austria, punto de distribución para toda Europa. A su llegada al templo dominico ha sido recibida entre aplausos en el exterior antes de que, ya en el interior, una a una hayan sido nombradas las distintas agrupaciones de ‘scouts’ que se han desplazado a la ciudad del Pisuerga para recoger esta llama, que han ido distribuyendo, primero, entre los cientos de personas que han acudido a la Eucaristía y que, posteriormente, llevarán a sus lugares de origen con la intención de convertirse en “portadores de paz”, como han expresado.

Este acto, que ha servido de colofón al encuentro que ha celebrado este fin de semana en Valladolid el Movimiento Scout Católico, ha estado cargado de significado porque por primera vez en sus 25 años de historia en España la Luz de la Paz de Belén no ha podido ser traída directamente desde el lugar del nacimiento de Jesús. Lo ha impedido la guerra en Oriente Medio. En su lugar, en Viena se ha mantenido viva la llama tomada en Cisjordania el pasado año, que es la que ha podido repartirse nuevamente este 2024.

En este escenario, ante una guerra “absurda”, como la han calificado, los ‘scouts’ católicos han querido reivindicar la paz “no solo” como “un símbolo”, sino también como “una misión para todos”.

“Somos luz”

El propio Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, don Luis Argüello, que ha presidido la celebración ha señalado el hecho de que “la luz de la paz” venga “de un lugar que vive una guerra”. Motivo por el que ha animado a los jóvenes ‘scouts’ católicos a recibirla y compartirla para convertirse en “instrumentos de paz”. “¿Cómo?”, les ha preguntado. “Acogiendo” esa luz “en el corazón”. Porque “si somos luz”, ha advertido el prelado vallisoletano, “podremos ser cambio”. Una alusión a la situación de conflicto en Oriente Medio y al propio lema con el que ha celebrado su encuentro el Movimiento Scout Católico en Valladolid.

En la ciudad del Corazón de Jesús, como ha señalado el Arzobispo en alusión a la ciudad de Valladolid, donde un joven jesuita, el beato Bernardo Francisco de Hoyos, recibió “el tesoro escondido”, monseñor Argüello ha invitado a las, aproximadamente, 1.000 personas que se han congregado en la Iglesia de San Pablo para recibir la Luz de la Paz de Belén a “descubrir su manera de servir a la Iglesia y al bien común”, a ser conscientes de que “ese tesoro escondido” que descubrió el padre Hoyos en Valladolid no es otra cosa que “la vocación”.

Esa vocación de servicio ‘scout’ y católico ha llevado a niños, jóvenes y familias enteras —bebés en brazos, incluidos— a hacerse un hueco, incluso, sentándose en el suelo del templo para participar de una celebración cuidada al detalle. A la salida, ante la afluencia de gente, un viandante comentaba con incredulidad: “No puede ser una misa”. Pues sí, lo fue, y la repartición de una luz que es un alegato esperanzador a las puertas de la Navidad y un Año Santo.