Expectación máxima por la reapertura de la Iglesia del Rosarillo en Valladolid
11 noviembre, 2024Salió de San Felipe Neri por la calle Teresa Gil, abriéndose paso entre la multitud que abarrotó la Iglesia, donde presidió la Eucaristía el obispo emérito de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge. Y regresó a su templo, la Iglesia del Rosarillo, después de cuatro décadas, atravesando una cortina de pétalos de flores lanzados por las Discípulas de Jesús desde los balcones del Hogar Sacerdotal.
Para entonces, hacía una hora que la calle de San Juan de Dios se había llenado de devoción y expectación ante la reapertura del renovado templo, propiedad de la Venerable Congregación de San Felipe Neri. Y al llegar portada a hombros la imagen de ‘Nuestra Señora del Rosarillo’, precedida por el ‘Cristo del Refugio’, los fieles ensoñaban con los posibles usos de este templo que, según anunció la propia Congregación, serán, principalmente, culturales. Aunque también se abrirá a misas “con carácter extraordinario”, como la de reapertura, el pasado 10 de noviembre, coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana y presidida por el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, don Luis Argüello.
El traslado procesional, justo en recorrido y hondo en lo espiritual, sumió a Valladolid la noche del 9 de noviembre en aromas cuaresmales. Fue el colofón a dos años de restauración integral y un ejemplo de colaboración entre parroquias y cofradías penitenciales y de gloria del centro de la ciudad.