“Synod 2021-2023”: Iniciamos juntos el camino

“Synod 2021-2023”: Iniciamos juntos el camino

18 octubre, 2021

El papa Francisco ha convocado un Sínodo de Obispos que tendrá lugar en octubre de 2023. El tema elegido es ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’ -el mismo de la programación pastoral de nuestra diócesis de Valladolid para este curso-, y su novedad respecto a otros sínodos es el itinerario indicado por el propio Santo Padre, que desea la participación de todas las iglesias particulares.
El proceso comenzó en Roma los pasados 9 y 10 de octubre y, aunque mira al año 2023, en realidad, lo que se pretende es que no tenga fin. Sinodalidad significa caminar juntos como pueblo de Dios y, tal y como explica el subsecretario del sínodo, Luis Marín de San Martín OSA, “en el camino sinodal, lo más importante es el proceso, que ya es resultado”; es ese itinerario que se traduce en una amplia consulta en la que se tratará de compilar la riqueza del mayor número posible de experiencias.
La reflexión en cada una de las diócesis del mundo comenzó el fin de semana del 16 y 17 de octubre, y en Valladolid, se inauguró oficialmente con un encuentro el sábado, 16,  en el Seminario Diocesano, en el que nuestro cardenal arzobispo, don Ricardo Blázquez, “envió” a los fieles de Valladolid a recorrer este peculiar itinerario. Tras el acto de oración en la capilla, en el que los presentes invocaron el acompañamiento y guía del Espíritu Santo, el obispo auxiliar, don Luis Argüello, acompañado de la delegada de Apostolado Seglar, Soledad Losada, y de dos de los laicos que asistieron al Congreso Nacional de Laicos, respondieron las dudas de los presentes. Anunciaron también la constitución, en tres semanas, de un equipo sinodal (integrado, además de por laicos, por los nueve arciprestes de Valladolid), que coordinará las respuestas surgidas de la reflexión en las distintas parroquias, movimientos y realidades eclesiales.

Está en cada uno de nosotros trabajar para que el proyecto no sea una utopía. Las grandes cosas se construyen desde abajo, en el día a día y con constancia. El Papa nos llama por nuestro nombre a hacer más grande ese nosotros que camina unido, a favorecer que la peregrinación se convierta en un itinerario de encuentros y de oportunidades, en el que nadie se sienta fuera, en el que la humildad nos permita trascender de nuestro pedestal y acoger a todos.
Existe una consulta elaborada por la Secretaría del Sínodo (el Documento Preparatorio y el resto de la documentación están disponibles en esta misma web de archivalladolid.org), a la que se persigue dar respuesta en este periodo de reflexión que se prolongará hasta el mes de abril de 2022. Le seguirá después una etapa continental (de septiembre de 2022 a marzo de 2023), y la ruta concluirá en Roma con el Sínodo de la Iglesia universal, en octubre de 2023.
Lo importante, recalca el papa Francisco, es que todos reflexionemos, caminemos juntos, como Iglesia de Cristo; que vivamos en comunión de fe, que nos escuchemos mutuamente y que estemos atentos a lo que el Espíritu Santo quiera decirnos en este momento de la Iglesia. Para su discernimiento, el obispo tiene que haber orado, reflexionado y consultado con su pueblo, con todo el Pueblo de Dios. Hay que empezar desde abajo: familias, parroquias, movimientos, diócesis, conferencias episcopales, continentes, Sínodo de los Obispos…. y vuelta de nuevo a las parroquias.
“A veces partimos de una concepción errónea. Pensamos que está el obispo, el clero, los religiosos y, separado, el Pueblo de Dios, que son los laicos. No es así, el Pueblo de Dios somos todos. Podemos ver en el logotipo del Sínodo (imagen inferior), que el obispo y la religiosa están dentro, cada uno con su carisma, con su función. Los carismas no son mejores ni peores, son un servicio a la Iglesia. Lo que es importante es ver cómo vivimos esa vocación”, explica Marín en la revista Ecclesia.

 

Sugerencias para el itinerario sinodal

Desde lo recibido y conversado hasta ahora que será enriquecido por las aportaciones de todos a través de la Secretaría del Itinerario sinodal.

1º Invocar al Espíritu Santo: Oración del Papa Francisco en la apertura.

Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro.

Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles.

Ven, Espíritu Santo de amor, dispón nuestros corazones a la escucha. Ven, Espíritu de santidad, renueva al santo Pueblo fiel de Dios. Ven, Espíritu creador, renueva la faz de la tierra. Amén.

 

2º Aceptar la invitación y vencer las tentaciones y los riesgos:

Recojo aquí las nombradas en el momento de reflexión con el papa en la apertura del itinerario sinodal en Roma:

Algunos de ustedes dirán: Sí, pero…. Así comienzan las tentaciones del Maligno, que no quiere ver a la Iglesia de Cristo caminando junta.

Permítanme dar algunos ejemplos de estas tentaciones. La lista no es exhaustiva, pero se basa, como pueden imaginar, en mi experiencia personal.

“Es una buena idea, pero no tengo tiempo. Tengo la agenda llena. Algún otro tendrá que hacerlo por mí.”

“Parece una buena idea, pero no se puede tomar en serio. Conocemos la estructura de la Iglesia y la verdad de su enseñanza. ¿No es esta una forma de hacernos tragar cambios que ya están decididos de antemano?”

“Es una buena idea, pero el tiempo es escaso, así que no haré nada”.

“Me gusta escuchar la opinión de unos pocos, pero ¿escuchar la experiencia de todos? Qué utopía”.

“No quiero cambios, los cambios perturban mi vida y mis planes pastorales.”

Estoy seguro de que cada uno de ustedes podrá completar mi lista de tentaciones. Así que vamos a empezar un viaje juntos, una Iglesia, un viaje en el que los Pastores tienen que escuchar la voz de las ovejas.

Escuchar: escuchar la presencia de Dios, la escucha, un acercamiento humilde. Esto va a contracorriente de una sociedad como la nuestra, en la que hay que lucirse, en la que hay que realizarse. La escucha es el paso de un “yo” a un “nosotros”. Escuchar es una cualidad divina.

Riesgos nombrados por el Papa Francisco:

El primero es el formalismo. Un Sínodo se puede reducir a un evento extraordinario, pero de fachada, como si nos quedáramos mirando la hermosa fachada de una iglesia, pero sin entrar nunca. En cambio, el Sínodo es un itinerario de discernimiento espiritual efectivo, que no emprendemos para dar una imagen bonita de nosotros mismos, sino para colaborar mejor con la obra de Dios en la historia. Por tanto, si hablamos de una Iglesia sinodal no podemos contentarnos con la forma, sino que necesitamos la sustancia, los instrumentos y las estructuras que favorezcan el diálogo y la interacción en el Pueblo de Dios, sobre todo entre los sacerdotes y los laicos. ¿Por qué subrayo esto? Porque a veces hay cierto elitismo en el orden presbiteral que lo hace separarse de los laicos; y el sacerdote al final se vuelve el “dueño del cotarro” y no el pastor de toda una Iglesia que sigue hacia adelante. Esto requiere que transformemos ciertas visiones verticalistas, distorsionadas y parciales de la Iglesia, del ministerio presbiteral, del papel de los laicos, de las responsabilidades eclesiales, de los roles de gobierno, entre otras.

Un segundo riesgo es el intelectualismo —es decir, la abstracción; la realidad va por un lado y nosotros con nuestras reflexiones vamos por otro—, convertir el Sínodo en una especie de grupo de estudio, con intervenciones cultas pero abstractas sobre los problemas de la Iglesia y los males del mundo; una suerte de “hablar por hablar”, donde se actúa de manera superficial y mundana, terminando por caer otra vez en las habituales y estériles clasificaciones ideológicas y partidistas, y alejándose de la realidad del Pueblo santo de Dios y de la vida concreta de las comunidades dispersas por el mundo.

Por último, puede surgir la tentación del inmovilismo. Es mejor no cambiar, puesto que «siempre se ha hecho así» (Exhort. apost. Evangelii gaudium, 33) —esta palabra es un veneno en la vida de la Iglesia, “siempre se ha hecho así”—. Quienes se mueven en este horizonte, aun sin darse cuenta, caen en el error de no tomar en serio el tiempo en que vivimos. El riesgo es que al final se adopten soluciones viejas para problemas nuevos; un pedazo de tela nueva, que como resultado provoca una rotura más grande (cf. Mt 9,16). Por eso, es importante que el camino sinodal lo sea realmente, que sea un proceso continuo; que involucre —en fases diversas y partiendo desde abajo— a las Iglesias locales, en un trabajo apasionado y encarnado, que imprima un estilo de comunión y participación marcado por la misión.

3º Oportunidades:

Vivamos esta ocasión de encuentro, escucha y reflexión como un tiempo de gracia, hermanos y hermanas, un tiempo de gracia que, en la alegría del Evangelio, nos permita captar al menos tres oportunidades:

–  La primera es la de encaminarnos no ocasionalmente sino estructuralmente hacia una Iglesia sinodal; un lugar abierto, donde todos se sientan en casa y puedan participar.

– El Sínodo también nos ofrece una oportunidad para ser Iglesia de la escucha, para tomarnos una pausa de nuestros ajetreos, para frenar nuestras ansias pastorales y detenernos a escuchar. Escuchar el Espíritu en la adoración y la oración. ¡Cuánto nos hace falta hoy la oración de adoración! Muchos han perdido no sólo la costumbre, sino también la noción de lo que significa adorar. Escuchar a los hermanos y hermanas acerca de las esperanzas y las crisis de la fe en las diversas partes del mundo, las urgencias de renovación de la vida pastoral y las señales que provienen de las realidades locales.

– Por último, tenemos la oportunidad de ser una Iglesia de la cercanía. Volvamos siempre al estilo de Dios, el estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura. Dios siempre ha actuado así. Si nosotros no llegamos a ser esta Iglesia de la cercanía con actitudes de compasión y ternura, no seremos la Iglesia del Señor. Y esto no sólo con las palabras, sino con la presencia, para que se establezcan mayores lazos de amistad con la sociedad y con el mundo. Una Iglesia que no se separa de la vida, sino que se hace cargo de las fragilidades y las pobrezas de nuestro tiempo, curando las heridas y sanando los corazones quebrantados con el bálsamo de Dios. No olvidemos el estilo de Dios que nos ha de ayudar: la cercanía, la compasión y la ternura.

4º Objetivos

  1. Cultivar un estilo una espiritualidad del “caminar juntos” que haga resplandecer la comunión e impulse la misión
  2. Renovar e impulsar formas de participación.
  3. Situar los “eventos” (Asambleas, Jornadas, etc.) en un proceso permanente de caminar juntos.

5º Método.

  1. Un proceso de escucha, diálogo y discernimiento para:
  • Caer en la cuenta de con “quién estamos caminando” y con “quién nos encontramos en el camino”
  • En qué hemos de crecer en comunión, participación y misión en la parroquia (unidad pastoral) arciprestazgo y diócesis.
  1. Para ello se nos ofrece un Documento Preparatorio con esa pregunta fundamental y 10 temas sugeridos para facilitar el diálogo, la reflexión y el discernimiento.
  2. El Vademecum también nos ayuda con sus reflexiones y sugerencias.

 

6º   Sugerencias organizativas:

Desde la aceptación de lo anterior y desde la creatividad a la que nos invita el Papa y que el Espíritu Santo suscita

Este itinerario de reflexión, celebración y encuentro lo podemos hacer de diversas maneras:

 

  • Reflexión del Consejo de pastoral parroquial, donde exista. El consejo ha de animar este proceso o surgir un consejo, fruto de este itinerario.

 

  • En las parroquias pequeñas:
    1. Varias asambleas parroquiales o de unidades pastorales (formales o unidas en la figura del pastor)
    2. Organizar un Domingo una jornada sinodal con una única celebración de la Eucaristía, diálogo y ágape festivo.

 

  • Reflexión sobre la pregunta fundamental y el cuestionario de los grupos ya formados en la parroquia, también los de catequesis.

 

  • Convocatoria de nuevos grupos para participar en el itinerario sinodal.

 

  • Invitar a este diálogo a los que se acercan ocasionalmente a la parroquia, por ejemplo, padres de la iniciación cristiana, etc.

 

  • Organizar una Jornada sinodal con de los diversos grupos de la parroquia con dialogo, celebración y ágape festivo. Favorecer que se haga visible que la parroquia es “familia de familias” acogiendo especialmente a niños y ancianos.

 

  • Realizar alguna peregrinación (al Henar, al Santuario del Corazón de Jesús, Carmen Extramuros, Santuario del Carmen de Medina, Castilviejo en Rioseco etc.) para caminar, reflexionar, celebrar y alegrarnos de caminar juntos.

 

  • Organizar algún diálogo con personas que habitualmente no participan de la vida de la parroquia (Vecinos, asociaciones, ayuntamientos, etc.)

 

  • Uso de las redes sociales.

 

  • Un posible encuentro arciprestal.

 

En cada parroquia o unidad pastoral debe de haber un “referente sinodal” que se debe de comunicar al arcipreste para que una de estas personas sea el “referente arciprestal” y forme parte de la secretaria diocesana de este camino sinodal.

 

Para Congregaciones religiosas y Movimientos, Asociaciones, Comunidades:

 

La organización del Sínodo prevé que participen:

  • En su propia comunidad o asociación
  • Incorporándose sus miembros a su propia parroquia territorial.
  • Si participan en su propia comunidad o asociación, es conveniente se pongan en contacto con el párroco para participar en alguna jornada o encuentro de la parroquia.
  • El Sínodo ha de ser una oportunidad para el encuentro de quine caminamos en la Iglesia por “un único camino pero por diversas sendas”.

 

7º. Secretaría diocesana del Sínodo:

Formada por:

  • Los 9 referentes arciprestales
  • 4 miembros de la secretaria del pasado Congreso de Laicos
  • 2 jóvenes propuestos por la Delegación de PJ.
  • 2 miembros de CONFER
  • 2 miembros de Asociaciones o Movimientos laicales.
  • 2 arciprestes
  • El Obispo auxiliar.

 

Calendario:

Domingo 16-17 de octubre: apertura del itinerario sinodal en la Diócesis.

Del 17 de octubre al 7 de noviembre:

  • Diseño de la forma de trabajar en cada parroquia, congregación y asociación.
  • Proceso de constitución de la Secretaría:
  • Referentes parroquiales y arciprestales. Cada parroquia ha de comunicar al arcipreste el referente y el arcipreste convocar a todos para elegir el referente arciprestal, miembro de la secretaría.
  • Los movimientos y asociaciones laicales que vayan a participar como tales en el proceso han de comunicar su referente a la Delegada de Apostolado Seglar, quien convocará a todos para elegir los 2 miembros de la secretaría.
  • Las comunidades religiosas que participen comunicaran su referente al presidente de CONFER y este hará la propuesta de 2 miembros para la secretaría.
  • Los arciprestes en su próxima reunión del 25 de octubre elegirán a los 2 miembros de la secretaría.

Las diferentes formas de trabajar y participar en esta primera fase  diocesana del Sínodo habrán de concluir el 19 de marzo.

 

La secretaría:

  • Hará un seguimiento de la marcha del itinerario en la Diócesis
  • Recogerá sugerencias y hará propuestas respecto a posibles iniciativas para mejorar nuestra participación, especialmente en lo que se refiere a la participación de los situados en la periferia o fuera de la Iglesia.
  • Recogerá las aportaciones conforme a las sugerencias que se hacen en el VADEMECUM.
  • Organizará la Asamblea diocesana del 26 de marzo

 

“Queridos hermanos y hermanas, ¡buen camino juntos! Que podamos ser peregrinos enamorados del Evangelio, abiertos a las sorpresas del Espíritu Santo. No perdamos las ocasiones de gracia del encuentro, de la escucha recíproca, del discernimiento. Con la alegría de saber que, mientras buscamos al Señor, es Él quien viene primero a nuestro encuentro con su amor.” (Francisco)