Valladolid se volcó ayer con San Isidro, el patrón de los agricultores. Y si en uno de cada cuatro pueblos de la provincia fue un día festivo, en la capital la celebración se trasladó a la ermita del santo. Hubo Misa, procesión, jotas y bailes, y los políticos se sumaron a la fiesta y a las rogativas de los labradores, que volvieron a solicitar lluvia a su patrón y a su señora, Santa María de la Cabeza.
Por la tarde la celebración se trasladó a los huertos ecológicos municipales que la Compañía de Jesús gestiona en INEA y hoy, jueves 16, también en la ermita capitalina, habrá Eucaristía de difuntos, nuevo congreso y asamblea de cofrades.