6.marzo.2019__ Con el miércoles de ceniza, ha dado comienzo, este año más tarde que de costumbre, la Cuaresma. Desde ahora y hasta la tarde del Jueves Santo, día 18 de abril, los cristianos nos encontramos en este tiempo litúrgico que es un bien hermoso, un tiempo de preparación a los misterios centrales del cristianismo: la pasión, muerte y resurrección redentoras de Jesucristo. La Semana Santa discurrirá después desde el 14 de abril (domingo de Ramos) al 21 de abril (domingo de Pascua).
Con motivo del inicio de este tiempo cuaresmal de conversión, nuestro arzobispo, don Ricardo Blázquez, acompañado del deán de la seo, José Andrés Cabrerizo, ha presisido la Eucaristía en la Catedral e impuso la ceniza a los fieles allí congregados. Tal y como nos recuerda nuestro pastor, que centró su homilía en el encuentro celebrado en Roma sobre la protección de menores, la ceniza en la frente simboliza que somos pecadores y que necesitamos ser perdonados. También nos recuerda que Dios nos creó de la tierra y que cuando muramos volveremos a ella. “Pidamos a Dios que nos ayude estos días a emprender el camino hacia la verdadera conversión”. Papa Francisco.
Al igual que hicieran sus últimos antecesores y en él mismo en años anteriores, unos días antes del Miércoles de Ceniza el papa Francisco hizo público un mensaje para la Cuaresma, este año con el lema ‘La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios’ (Rm. 8, 19). En este mensaje resuena la encíclica de Francisco sobre el cuidado de la casa común ‘Laudato si’ (¡Alabado seas, mi Señor!) y la permanente llamada a la conversión, a una conversión personal y comunitaria, que afecta y alude también a nuestra relación y compromiso con la ecología integral.