Cuantos bonitos recuerdos nos evoca la Navidad, uno de ellos, es el de poner el Belén en familia, pero ustedes sabían que la tradición popular considera que San Francisco de Asís fue el “inventor de los belenes”. En 1223 San Francisco en un pueblo llamado Greccio (Italia) quiso reproducir lo más fielmente posible un Belén, colocó una imagen del Niño Jesús sobre un pesebre de paja, y alrededor, situó un asno y un buey. En el mismo lugar, hace tres años, el Santo Padre, firmó una Carta apostólica, Admirabile signum, sobre el significado y el valor del Belén en Navidad.
La intención de San Francisco hace 800 años fue la de hacer una catequesis de la Encarnación del Hijo de Dios que la hemos mantenido hasta nuestros días. De hecho, en Valladolid, es costumbre visitar los belenes, pero quizás muchos desconozcan que este año, orar ante los belenes franciscanos permiten conseguir la indulgencia plenaria hasta el próximo 2 de febrero.
Montar el belén no es solo colocar unas figuras cuando se acerca la Navidad, encierra mucho más, a parte de la valoración estética. Contemplar el belén es acercarnos al nacimiento de Cristo, a través de una magnífica catequesis que convierte al Belén en una representación viva del Evangelio.
Si todavía no han visitado el Belén de la parroquia de la Inmaculada y quieren ganar la indulgencia plenaria, pueden acercarse cualquier día de la semana de 18:00 a 21:00h y los festivos de 11:30 a 14:00h.