Familias de la Comunidad del Cenáculo, procedentes de toda España, se reunieron en el CDE entre los días 6 y 8 de octubre. Su identidad es ser un signo vivo del amor misericordioso de Dios para los jóvenes, las familias y las personas en general, heridas por la vida, marcadas por la cruz y a menudo alejadas de la fe, proponiéndoles la vida cristiana como única respuesta verdadera a las inquietudes del alma humana. No es solo un lugar de hospitalización y de asistencia social, sino de educación del hombre a la libertad y esperanza a través de una clara propuesta de la experiencia cristiana, en la certeza de que el volver a descubrir la fe en Dios devuelve la dignidad y la belleza del hombre. El sábado día 7, además, la Basílica de la Gran Promesa acogió la celebración de la Eucaristía de apertura del Curso Pastoral, presidida por don Luis Argüello.